Un equipo de científicos de la Carniege Mellon University logra la síntesis de partes funcionales de un corazón, un avance hacia su impresión 3D.
La escasez de órganos y el progreso que en las últimas décadas ha hecho el trasplante de órganos hacen suspirara al sector por una solución que resuelva esta falta de abundancia crónica. La impresión 3D se posiciona como la tecnología más esperanzadora en este ámbito.
Pero lo cierto es que para obtener órganos funcionales mediante impresión 3D o bioimpresión, como se conoce a la síntesis de materiales con células, aún queda tiempo. Son estructuras complejas y no fácilmente reproducibles.
El caso del corazón es uno de los más delicados, tanto por la importancia de este órgano como por la complejidad de sus tejidos. Varios equipos de investigadores se han planteado la síntesis de un corazón artificial. Incluso se ha conseguido reproducir la estructura a pequeña escala (unos 3 centímetros).
Seguimos lejos de una consecución real del órgano. Pero los avances continúan. Especialmente relevante es el desarrollo de un equipo de la Carniege Mellon University. Han logrado imprimir en 3D partes funcionales de un corazón. Es decir, que trabajan de forma similar a las reales.
Fragmentos de un corazón
Una de estas partes importantes es la matrix extracelular. Los científicos han logrado reproducir este material, cuya importancia radica, entre otras cosas, en que actúa como nexo entre las células que forman los órganos. Se trata de una red de proteínas que también proporciona la señal beiomecánica para el correcto funcionamiento del órgano.
Una de las proteínas más abundantes en esta matriz extracelular es el colágeno. Este cumple con un papel esencial en la integridad estructural. Se trata de uno de los santos griales en la bioimpresión 3D, pues forma parte de cualquier tejido en el cuerpo humano.
Esto sería útil para imprimir cualquier tipo de órgano llegado el momento. En lo que respecta al corazón concretamente, han logrado imprimir en 3D células musculares cardíacas. A partir de ahí han podido, con ayuda de imágenes precisas de un corazón, reproducir vasos sanguíneos, válvulas y ventrículo.
Estas válvulas se abrían y se cerraban, mientras los ventrículos podían contraerse. Son partes funcionales de un corazón. Los científicos podrían reproducir con precisión la anatomía específica del corazón de una persona e imprimir en 3D colágeno y células de corazón humanas.
Queda mucho por hacer, pero desde luego esto es un paso hacia delante. Para continuar con sus investigaciones el grupo ha creado una spin-off de la universidad llamada Fluidform.