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Los niños pueden programar este brazo artificial de Lego

El sistema Iko, diseñado con piezas de Lego, permite a los niños programar su propio brazo artificial.

El departamento de investigación experimental de Lego, Future Lab, ha colaborado con Cirec, una fundación colombiana centrada en la rehabilitación para resolver problemas físicos, con el fin de lograr un dispositivo que mejore las vidas de los niños que han sufrido una amputación. Se trata de un brazo artificial que acepta el acoplamiento de piezas de Lego, desde una excavadora a una nave espacial, pasando por una casa de muñecas. Se compone de varias piezas y el conjunto es programable.

En definitiva, este brazo artificial no es otra cosa que un juguete. Es obra del diseñador colombiano Carlos Arturo Torres, quien se propuso aunar en el dispositivo funcionalidad y juego. Normalmente cuando se diseña un brazo artificial se tiene en cuenta sobre todo lo primero, mientras que otros aspectos se dejan más de lado.

La estética es una parte importante en este tipo de dispositivos. Las empresas que fabrican brazos robóticos son conscientes de que este producto se tiene que integrar en el cuerpo humano de una persona, con todas las necesidades que esto conlleva. El brazo tiene que tener un aspecto que no cause rechazo en quienes lo ven, pero sobre todo es el usuario quien debe estar a gusto con su nueva extremidad.

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Este delicado punto se tiene en cuenta a la hora de producir estos dispositivos. Sin embargo, no es lo mismo diseñarlos para un adulto que hacerlo para un niño. Las necesidades cambian. El brazo artificial de Lego, llamado Iko, trata salvar esta brecha. La manera que ha escogido Torres de hacerlo es creando un juguete. De forma que el niño vea como un elemento de diversión el dispositivo. No sería ya un factor que puede causar rechazo en los demás sino todo lo contrario: el dispositivo contribuye a la aceptación por parte de los otros niños.

Esto es importante, pues en el caso de una amputación un niño nota más el aislamiento social y el brazo Iko puede darle la vuelta a las cosas. Las partes del dispositivo son programables y el último módulo se puede modificar a placer gracias a las piezas de Lego.

Iko se compone de un módulo con sensores mioeléctricos, que leen la actividad del músculo y transmiten la información a una unidad de procesamiento. Esta contiene un motor compatible con la línea de juguetes robóticos de Lego. La idea es que el niño aprenda a programar su propio brazo y pueda acoplar diferentes estructuras según lo que le interese. Si el niño ncesita funcionalidad usará la mano, pero si lo que quiere es jugar tal vez le interese colocar en la punto del brazo un nave espacial o una casa de muñecas.

Imagen: Marco Gomes y Carlos Arturo Torres

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