Investigadores australianos han logrado cambiar las propiedades del carbino estirando ligeramente el material.
El carbino, un material más fuerte que el grafeno y cuyas propiedades conductoras también resultan sobresalientes, fue sintetizado hace unos meses por primera vez, después de algunas décadas en el limbo de la teoría. Ahora una nueva investigación empuja más allá los límites del carbino, que puede actuar también como aislante. Un equipo de científicos de la Rice Unversity (en el estado de Texas) ha comprobado que aplicando una tensión al compuesto cambian sus propiedades.
También fue en la Universidad de Rice donde se sintetizó por primera vez el carbino, hace algo menos de un año. La investigación relacionada con el material en este centro parece que prosigue y ya ha obtenido nuevos resultados. Aún es pronto para señalar a esta universidad como la punta de lanza en la exploración del carbino, pero es indudable que de momento lleva ventaja a cualquier laboratorio que se haya planteado profundizar en el mismo compuesto.
El carbino está formado por átomos de carbono, al igual que el grafeno, los nanotubos de carbono o – para acudir a algo más familiar– el diamante o el grafito. Sus propiedades se deben a que el elemento químico, común a todos los materiales anteriores, se despliega de forma diferente. En este caso los átomos de carbono se presentan en forma de cadena unidimensional, aunque por otro lado forman un entramado que recuerda al del diamante.
Volviendo al trabajo de la Rice University, el equipo de investigadores ha aplicado una tensión medida en la cadena de átomos de carbono, estirando la estructura un 3%. Suficiente para que el material cambie de propiedades, pasando de conductor metálico a aislante. Esta característica, según juzgan los científicos, puede resultar útil para activar mecánicamente sistemas electrónicos y ópticos en nanoescala.
La conducción de la electricidad se basa en bandas prohibidas, que los electrones deben saltar para completar un circuito y que son imprescindible para los semiconductores, gracias a los cuales es posible la electrónica moderna. Estas bandas prohibidas se ensanchan al aplicar tensión al carbino, convirtiéndolo en aislante.
La posibilidad de usar una tensión para modificar los límites del carbino, transformándolo de forma dinámica en conductor o en aislante, tiene un gran valor. Los científicos animan a trabajar en la formación de cadenas estables del material, señalando asimismo que otros compuestos unidimensionales podrían estar sujetos a una transformación equivalente.
Imágenes: Rice University y PublicDomainPictures