La lucha grecorromana es un deporte de contacto que formaba parte de los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia y que consiste en tratar de derribar al contrario mediante el uso de técnicas de proyección, agarre y derribos. Se trata de un deporte minoritario que en 2019 contaba con 3.000 licencias deportivas en la Comunidad de Madrid -cifras que contrastan con natación (15.000) y/o atletismo (10.000)-.
Marcos Sánchez-Silva es una de las promesas españolas dentro de la lucha grecorromana, que comenzó en este deporte por herencia familiar de su padre y su tío. Actualmente, sigue compartiendo la pasión por esta disciplina con su progenitor, Óscar Sánchez, quien es su entrenador y fundador del Club de Lucha de Rivas-Madrid.
Concretamente en ese centro, con apenas 7 años, Marcos comenzó a dar sus primeros pasos como luchador. Pero no fue hasta que cogió un poco de nivel, junto con el resto de sus compañeros con quienes sigue entrenando, cuando dio el salto al Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid.
Para este joven ripense la lucha no solo es una forma de vivir y por la que trabajar para mejorar, si no que le ha dado una familia: un grupo de amigos con quien compartir la experiencia. «Cada día que vengo al CAR a entrenar es como si quedásemos. Disfruto de cada entrenamiento gracias a ellos«, confiesa Marcos en conversación con Blog Think Big.
La mente, un aspecto clave en la lucha grecorromana
Durante los primeros años dentro de esta disciplina olímpica, Marcos comenzó a presentarse con 12 años a sus primeros campeonatos en España. «Él siempre ha ido de menos a más«, expone Óscar, el padre de Marcos. Durante esos primeros años, Marcos era un niño que estaba madurando físicamente de manera tardía y él era consciente de ello. Por lo que, decidieron dar más peso a la parte mental. ¿Cómo? Comenzaron a desarrollar una estrategia para luchar con la cabeza.
Contrariamente a lo que podamos pensar en los deportes de contacto la mente es igual o más importante que la fuerza del deportista. Y Marcos es ejemplo de ello. En 2017, con 16 años, se presentó por primera vez al Campeonato de España bajo la categoría de sub23. «Recuerdo que todos los chicos eran más mayores y fuertes que yo, pero aún así conseguí ganar. En parte gracias a la estrategia que hicimos mi padre y yo«, cuenta Marcos.
En ese momento, se dio cuenta de que quería dedicarse de manera profesional a esta disciplina, que 4 años más tarde le llevaría al Mundial Sub23 de Belgrado (Serbia) donde quedó decimosegundo. Un año después se presentó al Gran Premio de España 2022 en la categoría de 72 kilos. Este campeonato fue el primer paso de Marcos para tener un nivel internacional más alto. Obtuvo un segundo puesto en la competición, donde de los 4 combates que llevó a cabo, ganó 3. «El equipo español dentro de la lucha grecorromana no es de los mejores, pero con ese campeonato demostramos una buena imagen del equipo nacional«, afirma Marcos.
Gracias a los buenos resultados en esos combates ha conseguido un lugar para luchar en el Mundial Sub23 de este año, campeonato clasificatorio para los Juegos Olímpicos de París 2024.
¿En qué consiste un campeonato de lucha grecorromana?
Lo primero que hay saber es cuáles son las reglas de esta disciplina: está prohibido sujetar al oponente por debajo de la cintura, así como usar de manera activa las piernas. También es ilícito apretar, levantar o empujar al contrincante, ya que el hacerlo conlleva amonestaciones e incluso la derrota directa.
Los combates de este tipo de lucha tienen una duración de 6 minutos con una pausa de 30 segundos a la mitad y se llevan a cabo dentro de un tapiz cuadrado de 12×12 metros. Dentro de este, hay un círculo de 9 metros de diámetro donde se desarrolla el combate.
Pero, ¿cómo se gana un pelea? Estas son las formas:
- Por tocado. Cuando uno de los luchadores inmoviliza al otro con los dos hombros sobre la colchoneta durante el tiempo suficiente que estime el árbitro. Esta es una manera directa de ganar el combate.
- Por superioridad técnica. Por ejemplo, cuando uno de los luchadores saca al otro del círculo recibe 1 punto. Entonces, cuando hay una diferencia de 8 puntos entre ambos deportistas, gana el que más punto tenga.
- Con 3 amonestaciones al oponente.
- Por una falta con las piernas.
Hay más, pero estas serían las más importantes. Además, antes de cada competición se realiza el pesaje donde cada luchador tiene que dar su peso para poder competir. Como cuenta Carla Lera, luchadora grecorromana, becada Podium y campeona de España Sub23 3 años consecutivos, también pasan por un reconocimiento médico donde observan que no haya ningún tipo de lesión o herida. Y, además, prestan mucho atención en que las uñas de los luchadores estén cortas, ya que de no ser así pueden herir al otro luchador.
Entrenamientos fuera de España
Uno de los países líderes en lucha grecorromana es Georgia. En el caso de Carla, cuenta con un entrenador georgiano con quien varias veces al año hace salidas al país de origen de este para entrenar. Para ella, esta parte del entrenamiento es vital porque, aunque reconoce que es muy dura porque las luchadoras de ese país tienen un nivel muy alto, necesita salir de España, ya que a las contrincantes de la península ya las conoce demasiado bien. «Ya sé hasta cómo respiran«, confiesa la murciana entre risas.
Por su parte, Marcos también realiza estas salidas para mejorar su técnica. Sin embargo, reconoce que desde que forma parte del Programa de Becas Podium -un programa de apoyo a jóvenes promesas del deporte olímpico español, desarrollado por Telefónica y el Comité Olímpico Español- esas salidas ya no suponen un esfuerzo económico para su familia o para la Federación porque cuenta con el apoyo de esta beca, permitiéndole mejorar como luchador.
El joven ripense reconoce que una de las razones por las que este deporte no es reconocido a nivel nacional, como lo pueden ser otros, es que existe poca tradición en torno a esta clase de lucha en España. Por lo que es normal que en países como Georgia, donde es una de las disciplinas estrella del país, exista un gran número de niños y niñas practicándolo y, como consecuencia, haya varios que destaquen. Por el contrario, en España se trata de un deporte minoritario en donde las personas que sobresalen, a no ser que cuenten con un apoyo económico, acaban alejándose de la lucha porque necesitan ganarse la vida de otra manera.
Un 2023 lleno de retos y con un objetivo claro: JJOO París 2024
Actualmente, Marcos está enfocado en prepararse el Campeonato Europeo y el de España pero, sin duda, su foco está en el Mundial de septiembre. Si algo tiene claro es que dentro de 10 años cuando eche la vista atrás quiere sentirse satisfecho y tranquilo con su trayectoria. «Cuando eres niño siempre piensas en las medallas, pero a día de hoy sé que si me pongo un objetivo de ese tipo me puedo frustrar. Por eso, prefiero pensar en darlo todo y en saber que si no lo consigo, habré llegado hasta ese momento», confiesa.
Este deportista es un ejemplo de humildad, de saber estar, de lucha y perseverancia. Con tan solo 23 años ha participado en varias competiciones internacionales donde ha demostrado, junto con sus compañeros, que la lucha grecorromana en España viene fuerte en los próximos años.
Vídeo producido por Estudio 24.