La empresa Lucid Energy ha ideado un ingenioso sistema para aprovechar la fuerza del agua que circula por la red de abastecimiento en las ciudades.
El mundo cada vez necesita más energía. El apetito de los dispositivos tecnológicos es solo un reflejo de las necesidades que tienen los hogares, las industrias, las ciudades en general o las redes de transporte. Esta creciente avidez por obtener fuentes que alimenten el motor de las sociedades se une a un escenario de cambio, en el que los combustibles fósiles están perdiendo peso frente a otras alternativas, que ganan en influencia debido a ciertas ventajas competitivas pero sobre todo como apuesta de futuro.
Las fuentes energéticas alternativas habituales son las llamadas energías limpias, entre las que destacan la solar, un campo donde abunda la experimentación para ganar en eficiencia, y la eólica, cuya tecnología cada vez alcanza tasas más importantes de conversión. Pero también existen otras fuentes, como la hidráulica. En este caso, las centrales de este tipo llevan funcionando muchas décadas y, de hecho, la fuerza del agua se ha utilizado desde la antigüedad para hacer facilitar trabajos mecánicos.
Pensemos en un molino de agua. La época de la Grecia Antigua es la primera donde empiezan a aparecer registros sobre instrumentos impulsados por el agua y capaces de realizar tareas de fuerza. Consistían en ruedas verticales compuestas de palas que eran empujadas por la fuerza de una corriente de agua. Situado en el cauce de un río, un molino de agua podía ayudar a moler grano o irrigar zonas de cultivo. Son tareas que de otra forma se tendrían que haber realizado a mano o con ayuda de animales.
Hay que pensar que todas estas tareas se llevaban a cabo utilizando una energía que estaba allí, el río iba a seguir fluyendo independientemente de que el hombre construyera un molino en aquel lugar o no. Al igual que el molino, una vez construido, podría seguir funcionando aunque no hubiera grano que moler. Lo que no podían hacer miles de años atrás era almacenar energía.
Pero ahora sí. Y en la ciudad de Portland, la ciudad más grande del estado de Oregon, en Estados Unidos, están aprovechando esta capacidad de almacenar energía con un ingenioso sistema. La compañía Lucid Energy ha llegado a un acuerdo con las autoridades de la urbe para instalar una suerte de tuberías inteligentes en la red de abastecimiento de agua.
Lucid Energy ha sustituido algunos tramos de las tuberías con sus propios conductos, dotados cada uno de ellos de cuatro turbinas con un tamaño de 42 pulgadas. Este sistema permite generar electricidad a partir del agua que fluye por las cañerías que surten a la ciudad. Las turbinas mueven un generador, que convierte la energía y la envía a la red eléctrica urbana.
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La compañía ha alcanzado un acuerdo con las autoridades de Portland por 20 años, que se calcula ahorre alrededor de dos millones de dólares a la ciudad. Por ahora está previsto que el sistema genere una media de 1.100 MW-hora de energía al año, suficiente para abastecer a 150 hogares. Lucid Energy ha instalado sus turbinas en lugares donde el agua fluye sin necesidad de ser impulsada artificialmente, básicamente cuesta abajo, con el fin de aprovechar la fuerza de la gravedad. De otra forma la energía generada no compensaría por el esfuerzo que habría que hacer para empujar el agua.
No por nada decimos que son inteligentes estos fragmentos de tuberías. Además de generar electricidad para surtir a la red general, estos conductos pueden monitorizar los niveles de potabilidad del agua, así como las condiciones generales de abastecimiento de la ciudad.
Imágenes: Lucid Energy y jergonda