La Estación Espacial Internacional recibe el cargamento de 12 botellas de vino para que hagan su maduración en el espacio.
La maduración del vino es uno de los procesos más importantes para el resultado final. Los enólogos se cuidan mucho de obtener las mejores condiciones para cada partida de producción. Eso sí, no todas se conservan con el mismo mimo ni puede hacerse de igual forma con todas.
El número de meses –o de años– de maduración es uno de los factores que marca la diferencia de sabor y de cuerpo entre los vinos. También de precio, claro. Y a lo largo de cientos de años se han perfeccionado las técnicas para esta maduración. Se ha experimentado con barricas de diferente tipo de madre, diferentes materiales incluso. Se han probado condiciones de temperatura y humedad variable. Y se ha tratado de incorporar sabores con agentes externos.
Algunos tipos de vino han surgido incluso de casualidades históricas , como así se cuenta del oporto. Cuando Inglaterra y Francia se enfrentaron sucesivas guerras en los siglos XVII y XVIII, los británicos dejaron de comprar vino francés y volvieron los ojos a la producción portuguesa. Pero la travesía hasta llegar a las islas británicas era más larga y el vino a veces se estropeaba. Por eso decidieron añadir aguardiente para cortar la fermentación y dar lugar a un vino fortificado, de unos 20 grados, y con mejor aguante.
Lo cierto es que el sector vinícola siempre ha estado abierto a la experimentación. Ahora, cuando la competencia es tan intensa, más que nunca. Y en este marco se encuadra la prueba que hará la startup Space Cargo Unlimited. Han enviado 12 botellas de vino a la Estación Espacial Internacional , para que lleven a cabo un proceso de maduración en el espacio.
En la Estación Espacial Internacional empieza a haber de todo a estas alturas. Desde una impresora 3D para reciclar materiales a una supercomputadora, pasando por un sinfín de objetos que han ido subiendo los diferentes cargamentos con fines de experimentación científica o simplemente para el abastecimiento de los astronautas.
De hecho, uno de los objetos que han aterrizado últimamente en la EEI ha sido una máquina para cultivar carne artificial. Esto es un paso para que los astronautas que trabajan allí puedan alimentarse con un tipo de carne que se parece mucho a la que comemos en la Tierra. Quizá alguno de ellos esté tentado de abrir una de las botellas de vino antes de tiempo para un extravagante maridaje con esta carne.
El estudio de la maduración en el espacio
Evidentemente el propósito de este cargamento no es servir de solaz a los astronautas. Se trata de analizar cómo es el proceso de maduración en el espacio dura nte el año que las botellas pasarán allí.
Otras muestras de vino, también en 12 botellas, se almacenarán en la Tierra durante el mismo periodo de tiempo. Y después los resultados se comprarán. Y es que el cargamento de botellas regresará a la Tierra para su análisis.
En la Estación Espacial Internacional, las botellas de vino permanecerán a una temperatura constante, alrededor de 18 grados. Los expertos prevén que habrá diferencias de sabor debidas al efecto de la microgravedad y al de la radiación en el espacio. Ambas condiciones influirán en las reacciones químicas que se darán en el vino.
Imágenes: matthiasboackel, NASA
