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Maglev: cómo funcionan los trenes de levitación magnética

No hay muchas líneas funcionando en la actualidad, pero los trenes de levitación magnética, de aspecto futurista, están llamados a jugar un papel importante en el transporte urbano.

El término ‘maglev’ procede de abreviar la expresión ‘magnetic levitation’ y designa a un tipo de transporte que no tiene contacto con ninguna superficie, pues está sustentado en un campo de gravitación magnética, que sirve también para propulsar el vehículo. Actualmente existen algunos de estos trenes repartidas por el mundo y están previstos nuevos proyectos. Uno de los más impresionantes será la línea comercial entre las ciudades japonesas de Tokio y Nagoya, que se espera que circule a 500 kilómetros por hora.

El maglev que recorrerá el trayecto entre Tokio y Nagoya está proyectado para 2027. En esta fecha comenzará a operar a una velocidad que reducirá la conexión entre las dos ciudades a una hora y siete minutos, cuando hoy en día se tarda dos horas y media. También está previsto que el tren de levitación magnética se alargue hasta Osaka, un poco más distante que Nagoya. Ya han tenido lugar pruebas públicas con el vehículo, si bien la construcción de las infraestructuras es un proceso más largo que la implantación de vías convencionales.

La tecnología de levitación magnética se caracteriza por prescindir del contacto físico entre el tren y la vía por la que circula. La fricción sólo se produce con el aire, por lo que se minimiza al máximo, una ventaja que se trata de mejorar dotando a los transportes de la forma más aerodinámica posible. La suspensión en el aire se alcanza mediante un juego de fuerzas magnéticas, en el que el tren se mueve sobre un raíl de acero gracias a los electroimanes que tiene adosados en la parte inferior.

El método se denomina suspensión electromagnética y requiere que el tren siempre se encuentre a la misma distancia del raíl, aproximadamente unos 15 milímetros, para evitar desestabilizar el campo gravitatorio, una incidencia que previenen los sistemas de control electrónico. Los maglev que circulan a bajas velocidades pueden utilizar otra tecnología, llamada suspensión electrodinámica, que se basa en las fuerzas de atracción y repulsión que generan tanto el vehículo como los raíles.

La velocidad y el sigilo de los maglev

Actualmente el récord de velocidad en un tren de levitación magnética es de 581 kilómetros por hora, en una prueba realizada en Japón durante 2003. La línea de circula comercialmente en Shanghái supera los 400 km/h en velocidades punta. Estos niveles han hecho que algunos vean a esta tecnología como futura competidora del transporte aéreo, aunque generalmente se habla de alternativa a los trenes convencionales.

Los maglev pueden viajar a altas velocidades durante más tiempo que un tren convencional, siendo capaces de acelerar y decelerar más rápido. Y lo hacen de forma silenciosa. Una de las ventajas de este transporte para las ciudades es el poco ruido que hace, al evitar la fricción con las vías. También son más fáciles de mantener porque sólo es necesario tener a punto la electrónica, mientras que en un ferrocarril de hoy en día hay que cuidar la mecánica.

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Los raíles de un maglev

Sin embargo, requieren infraestructuras totalmente nuevas. No sirven las de los trenes convencionales y las instalaciones son caras. El consumo energético, una vez que el vehículo está circulando, también es alto, aunque la mayor parte de la energía se emplea para vencer la resistencia del aire y no para la suspensión. Esto hace que no sean aptos para el transporte de mercancías, ya que pesarían demasiado.

Imagenes: Wikipedia; Interstate Traveler Co. LLC

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