El diseñador jefe de McLaren ha proyectado un sistema para sustituir los limpiaparabrisas por frecuencias de ultrasonido que impedirán a la lluvia o la suciedad llegar al cristal.
Las novedades de las que está siendo protagonista el mundo de la automoción habitualmente tienen que ver con la fuente energética, que está virando hacia la electricidad, la capacidad de los vehículos para conducirse sin necesidad de intervención humana o su conectividad a Internet. Estas tres tendencias son las que más se están investigando hoy en día y la mayor parte de la innovación en la industria automovilística procederá de ellas. Sin embargo, existen otros avances al margen de esta vorágine. McLaren ha revelado una de estas perlas que consiste en un campo de ultrasonido, proyectado como alternativa a los limpiaparabrisas.
Las investigaciones sobre las baterías de coches eléctricos aspiran a crear vehículos con una gran autonomía, que se recarguen fácil y rápidamente. Esta fuente de energía constituye la esperanza de futuro para una industria totalmente dependiente del petróleo, con lo que resulta lógico que parte de la innovación fluya en este sentido. Tampoco parece descabellado que se progrese en la introducción de Internet en el coche, pues esta capacidad ya ha saltado a los móviles, a los televisores y otros dispositivos. El acceso a la Red promete ser de gran utilidad en los automóviles.
Más futuristas resultan los coches autónomos, que permitirán a los propietarios de un vehículo convertirse en viajeros en lugar de conductores. Diversos fabricantes, entre ellos Nissan y Mercedes, han anunciado que para el año 2020 dispondrán de modelos con capacidad plena para rodar sin intervención humana. A pesar de lo mareante de la idea se puede aceptar que es un escalón que había que subir en un momento dado, pues cada vez más la tecnología trata de automatizar los procesos que llevan a cabo las máquinas.
En cambio, la novedad que planea McLaren no entra dentro de ningún esquema previsible a primera vista. Pero no por ello es menos curiosa. Se trata del destierro del limpiaparabrisas, un elemento que ha acompañado a los coches casi desde que se les colocó el cristal. Para borrar estas escobillas del diseño de un vehículo la marca, conocida sobre todo por su papel en el Mundial de Fórmula 1, propone un campo de fuerza que cubra el parabrisas.
Este campo estaría producido por ondas con una frecuencia de 30kHz, generadas a partir de ultrasonido. Así lo ha planteado el diseñador jefe de Maclaren, Frank Stephenson, que confía en que el limpiaparabrisas de ultrasonido sirva para aislar al cristal. De esta forma ni la lluvia ni los mosquitos y otros insectos llegarían a tocar el parabrisas, conservándose éste limpio y transparente bajo no importa qué condiciones.
Imagen: McLaren
