Algunas de las noticias más “saludables” de los últimos tiempos son aquellas que anuncian avances tecnológicos que facilitan la prevención de enfermedades y la prestación sanitaria. La tecnología permite mejorar la asistencia a domicilio, especialmente en los tratamientos de enfermedades crónicas
El Hospital Universitario Cruces, apoyándose en el programa Bizkaia Open Future – iniciativa promovida por la Diputación Foral de Bizkaia y Telefónica Open Future_ – se ha convertido en una referencia en soluciones tecnológicas que cambian costumbres dañinas para la salud, a la vez que se promocionan hábitos más saludables para la población. ¿Es posible identificar a las personas sanas, pero con hábitos de vida que les ponen en riesgo de desarrollar enfermedades en el futuro? Y, si esto se consigue, ¿podríamos retrasar la aparición de enfermedades y mejorar la salud de la población? A estas dos interrogantes intenta dar respuesta el Hospital Universitario Cruces, a través de un programa en el que participan, como decíamos, la diputación vizcaína y Telefónica.
La resolución de estas cuestiones lleva aparejadas otras ventajas importantes para nuestro actual sistema sanitario: disminución del consumo de recursos, gracias a una menor prevalencia de ciertas enfermedades, y retrasar su aparición en el tiempo. Con la aplicación de alternativas tecnológicas se logra cambiar costumbres nocivas para la salud por otros hábitos mucho más saludables. Hasta el 27 de febrero estará abierta la convocatoria dirigida a emprendedores, startups, pymes y organizaciones que pueden inscribirse en la página de Open Future_.
Este tipo de iniciativas refuerzan la apuesta por la innovación tecnológica en la sanidad. Pero no sólo en el campo del diagnóstico de enfermedades, sino en el de la prevención y el tratamiento de las mismas. Como se puso de manifiesto durante un encuentro reciente de expertos, organizado por “El Confidencial” y Grant Thornton, en las empresas dedicadas al desarrollo de tecnología sanitaria en nuestro país cada día cobra mayor importancia la prevención y el tratamiento de enfermos crónicos en sus domicilios. De esta forma, se consiguen dos objetivos: reducir los costes y causar las menores molestias posibles a los pacientes que antes debían de pasar por la consulta. Cuando el paciente necesite una determinada medicación, lo más práctico y lo más lógico es que la pueda recibir directamente en su casa.
En cuanto a la prevención, los avances tecnológicos pasan inevitablemente por las prestaciones que facilita el uso de Big Data. Una vez recabados y puestos a disposición de los profesionales de la medicina todos los datos de las historias clínicas, estos contarán con muchas más posibilidades de evitar enfermedades. Pero tampoco se trata de acumular datos, sino de seleccionar aquellos que pueden ser más relevantes para el paciente.
El Big Data ayuda, sin lugar a dudas, a prevenir y predecir enfermedades. Sin embargo, en el mundo de la salud, conviene tener muy en cuenta que la tecnología, como los medicamentos, no son iguales para todo el mundo, ni recomendables en según qué circunstancias.
Una mayoría de expertos coinciden en subrayar la dificultad de poner en común los datos clínicos de las diecisiete comunidades autónomas, así como la falta de agilidad a la hora de activar estos procesos e innovaciones. Estas circunstancias, en muchos casos meramente geográficas, ralentizan la incorporación de nuevas tecnologías en el sistema sanitario español. La terapia a domicilio, por otra parte, se está implementando de forma lenta, pues a muchos pacientes les cuesta asumir los tratamientos sin necesidad de verle al médico la cara.
El seguimiento remoto de pacientes, sin que estos salgan de su propio domicilio, empieza a ser una realidad y los resultados también comienzan a ser realmente esperanzadores. Ahora se necesita complementar este seguimiento con una política adecuada de prevención en la que juegan papeles destacados el Big Data y las nuevas tecnologías.
Las conclusiones de los expertos convocados recientemente por “El Confidencial” y Grant Thornton son muy claras: tenemos que innovar tecnológicamente, poner al enfermo en el centro de la ecuación y mejorar su servicio asistencial.