La minería de criptomonedas genera un alto nivel de contaminación debido al gran consumo energético de los ordenadores. Se estima que este funcionamiento desmedido de los procesadores acabará consumiendo la misma energía que países enteros.
Si nos preguntaran qué te viene a la cabeza cuando te imaginas una mina y la contaminación que produce, seguramente, imaginaríamos [toneladas de carbón] manchándolo todo y taladradoras destruyendo la tierra, ¿verdad? ¿Y si supieras que hay un tipo de minería que contamina muchísimo y, sin embargo, no produce ningún residuo aparente? Hablamos de la llamada minería de Bitcoin.
Para aquellos que no sepan lo que es Bitcoin, se trata de una criptomoneda, un medio digital de intercambio. Es la más popular en la actualidad. Las criptomonedas tienen la misma función básica que cualquier otra moneda, pero presentan ciertas características que las hacen muy atractivas: no están atadas a ningún gobierno o banco, por lo que carecen de intermediarios; son producidas directamente por usuarios y empresas particulares gracias a la tecnología blockchain, o cadena de bloques; es imposible falsificarlas gracias a su sistema criptográfico; las transacciones son irreversibles; ofrecen absoluto anonimato, y te garantizan que nadie te pueda congelar la cuenta o quitarte el dinero.
Y bien, ¿qué tiene que ver todo esto con la contaminación? ¿Cómo van unos cálculos que se hacen dentro de ordenadores a contaminar si es todo virtual? Pues tiene que ver con el gran consumo de energía resultante de la creación de bitcoins y las operaciones realizadas con la criptomoneda. La minería de bitcoin requiere ordenadores muy potentes y una cantidad de operaciones computacionales altísimas, además el proceso tiene que estar en funcionamiento día y noche sin parar.
Ahora, sumémosle a este costoso proceso la codicia de la gente, que, obviamente, quieren más ganancias, y para eso se necesitan más ordenadores, pues uno sólo tiene un límite de rendimiento. Entonces el equipo de minería de un solo ordenador pasa a estar formado por 10, 20, o incluso 100. Decir que el consumo de energía se dispara se queda corto para describirlo.
China, país referente en minería de Bitcoin
Ya desde hace tiempo se viene sospechando del impacto que la minería de bitcoin tiene sobre el consumo energético. Sin embargo, no ha sido hasta que la revista científica Joule ha llevado a cabo un estudio serio cuando se ha descubierto realmente el problema. Según parece, de seguir creciendo la minería de bitcoin, se llegará a consumir la misma energía que países como Holanda, Irlanda, o incluso Austria dentro de muy pocos años. Las estimaciones más pesimistas dicen que esos niveles se podrían incluso lograr a finales de este año.
Teniendo en cuenta que la mayor parte de producción de energía del mundo todavía proviene de energías no renovables, como las fósiles, este aumento de consumo incrementa la contaminación exponencialmente. Para empeorar las cosas a día de hoy la mayor parte de las grandes operaciones de bitcoin se encuentran en China. Aunque el país asiático está realilzando avances en el uso de energías renovables aún utilizan muchísimo carbón para su suministro energético.
Por si fuera poco, hay que remarcar un detalle importante, aquí sólo se está hablando de bitcoin. Hay docenas de criptomonedas y aparecen nuevas prácticamente cada semana. Todas y cada una de ellas siguen el mismo proceso de minería que bitcoin. Ninguna tiene su popularidad, pero incluso algo tan pequeño como una gota puede desbordar un embalse si este se encuentra al límite. Se nos acaba el tiempo y nadie tiene una solución, al menos por ahora.