Sol Estrella

El fenómeno que anticipa la muerte de nuestro Sol

Un nuevo hallazgo arroja claridad sobre el futuro del Sol y los cambios estructurales que va a sufrir hasta el momento de su muerte.

Ninguno de nosotros vivirá para contemplar la muerte de Sol. Es más, no es inverosímil aventurar que es posible que ningún ser humano llegue a presenciar dicho suceso. La estrella que constituye el centro del sistema solar se formó hace 4650 millones de años y tiene combustible suficiente como para sobrevivir durante más de 7000 millones de años.

El proceso natural de la vida del Sol, una estrella enana de edad intermedia, se ha estimado que pasará por su transformación en una gigante roja. Las previsiones indican que nuestra estrella aumentará su tamaño hasta el punto de que llegará a engullir las órbitas de Mercurio, Venus y la Tierra.

Posteriormente, el Sol será víctima de su propio peso y se hundirá hasta quedar reducido a su propio núcleo y convertirse en una enana blanca. El proceso de enfriamiento definitivo concluirá en una enana negra, un astro carente por completo de energía térmica.

El Sol engullirá la órbita de la Tierra

Ahora, astrónomos de la Universidad Nacional de Australia han observado por primera vez un fenómeno que podría confirmar todas las predicciones realizadas sobre e futuro del Sol. El objeto central del hallazgo es T Ursae Minoris, una gigante roja cuyo tamaño, brillo y temperatura ha descendido a lo largo de los últimos 30 años.

Sol Estrella
Un hallazgo clave para comprender el futuro del Sol

La inestabilidad de la estrella produce una fisión nuclear en su interior, que entre los astrónomos se conoce como pulsos térmicos. “Estos pulsos provocan unos cambios drásticos en el tamaño y el brillo de la estrella que son perceptibles a lo largo de los siglos.

En el caso de estrellas de gran antigüedad, como T UMi, los pulsos térmicos enriquecen al Universo gracias a sus estallidos de carbono, nitrógeno, estaño y plomo”, confirmó la Dra. Meridith Joyce en un comunicado.

T MUi y el Sol podrían compartir destino

Las fluctuaciones en el estado de T UMi han iniciado un proceso de transformación a una estrella enana que puede durar cientos de miles de años. Las observaciones han conseguido determinar la fecha de nacimiento de la estrella hace unos 1.200 millones de años y su ubicación a más de 3000 años luz de la Tierra.

Este hallazgo tiene un valor incalculable para el estudio de la evolución de las estrellas. Los resultados obtenidos permitirán a los astrónomos contar con una base sólida sobre la que estructurar sus predicciones sobre el futuro del Sol en las próximas décadas.

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