Holanda ha lanzado la primera red para Internet de las cosas y Corea del Sur ha hecho lo propio solo unos días después.
Las primeras dos redes para Internet de las cosas a nivel nacional ya han sido lanzadas. En lo que ha parecido una carrera decidida en el último metro, Holanda y Corea del Sur han anunciado el despliegue de sus respectivas redes, con tan solo unos días de distancia. Primero fue Holanda y a continuación le ha tocado el turno al país asiático, que tradicionalmente lidera los rankings de conectividad y de velocidad de conexión.
Más allá de la anécdota que cuenta qué país fue el primero en desplegar una red para Internet de las cosas, este avance supone el comienzo de una nueva etapa en lo que a conectividad se refiere. En efecto los miles de millones de dispositivos conectados que se espera que lleguen en los próximos años necesitan su propia infraestructura para no saturar la red con sus demandas.
La operadora KPN ha sido la encargada de desplegar la red en Holanda, equipando cientos de torres de comunicaciones móviles con antenas LoRaWAN (long range wide area network), que permiten emitir y recibir señales de baja potencia con fluidez. Este es un aspecto imprescindible para la adopción de Internet de las cosas, pues cuanto mayor sea el número de dispositivos conectados mejor tiene que canalizar la red la transmisión de datos.
Una red para Internet de las cosas tiene que ser capaz de mantener conectados a millones de dispositivos a bajo coste. Las exigencias son distintas de las que requiere una red LTE, que necesita dotar a las comunicaciones de una gran velocidad por ejemplo para servir vídeo en alta definición. En este caso se trata una transmisión de datos mucho menos pesados, pero continuada. Un sensor de humedad conectado puede estar todo el día enviando bytes de información.
En Corea del Sur ha sido SK Telecom la operadora que ha construido la red para Internet de las cosas, que en estos momentos cubre el 99% de la superficie del país. Los coreanos han completado el proyecto seis meses antes de lo previsto y señalan que los servicios de esta red son asequibles, en comparación con el LTE disponible, cuestan la décima parte.
Aunque estos dos países han sido los primeros se espera que en los próximo años se vayan sumando otros a esta tendencia. Se espera que para el año 2020 haya entre 20.000 y 30.000 millones de dispositivos conectados.
Imágenes: BobMical y the waving cat