Una iniciativa público-privada ha puesto en marcha un plan para fabricar barcos híbridos, que funcionen con gas natural líquido y electricidad.
Desde hace dos décadas Noruega ha impulsado las energías renovables con el fin de reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera y fomentar un modelo energético de futuro. La última de las iniciativas consiste en la fabricación de barcos híbridos, propulsados por electricidad y gas natural licuado. Se trata de un proyecto público-privado que contempla la construcción de este tipo de embarcaciones, así como la conversión de algunos buques que están en funcionamiento en la actualidad.
La iniciativa corre a cargo del gobierno noruego y de la empresa DNV GL, con sede en Oslo y especializada en sostenibilidad. El objetivo es construir barcos que sean más respetuosos con el medio ambiente. Para esto se ha acordado que la tecnología más viable es el uso de baterías y gas natural licuado. El resultado es una fórmula de propulsión energética que equivaldría a la que usan los coches híbridos.
La idea es que esta iniciativa crezca poco a poco para llegar a forma toda una flota de barcos pesqueros, ferris y embarcaciones dedicadas al transporte de mercancías que funcionen con baterías. Dentro del proyecto también se contempla la construcción de unas instalaciones portuarias más eficientes y que no lancen tantas emisiones a la atmósfera.
Noruega es uno de los países más adecuados para llevar a cabo esta experimentación, pues gran parte de su economía está relacionada con el mar y con los barcos. Las embarcaciones navegan en el océano, pero también por ríos y fiordos. Y algunos de ellos contaminan mucho. Hace unos años aparecieron unas cifras que estimaban que un barco de transporte de mercancías de gran tamaño contaminaba al año lo mismo que 50 millones de coches.
Cuatro proyectos híbridos
El gobierno de Noruega y la empresa DNV GL tienen previsto que el primer proyecto dentro de su plan de barcos híbridos sea un ferri. La embarcación se podrá enchufar a la corriente para recargar sus baterías y solo estará capacitada para viajes cortos. Pero aquí no se acaba el alcance de la iniciativa. Un segundo experimento será la puesta en marcha de un petrolero, también con batería, destinado a moverse cerca de la costa.
El tercer navío previsto se dedicará a la pesca de tipo comercial, mientras que el cuarto resultará de la conversión de un buque de carga tradicional en uno que utilice gas natural licuado y una batería para propulsarse. Por el tipo de embarcaciones que la iniciativa tiene previsto lanzar se puede deducir que se trata de pruebas a gran escala, que cubren diferentes sectores comerciales y las principales aplicaciones que tienen los barcos en Noruega. Una nación que tiene petróleo, pero también un fuerte sector pesquero, mientras que los ferris y el transporte marítimo de mercancías son habituales.
Imágenes: Tynesider y Martin Bischoff