El ritmo de innovación exponencial, la complejidad de los retos que hay que afrontar, el nacimiento de nuevas disciplinas, y las características de la Generación Z hacen necesario conocer los valores de las nuevas generaciones, y desarrollar modelos de trabajo más adaptados a sus principios, resulta crucial para las empresas.
La llegada y consolidación de nuevas tecnologías en todos los ámbitos de nuestras vidas ha propiciado que durante los últimos años el sector TIC haya crecido a un ritmo más que considerable. Big Data, realidad aumentada, realidad virtual, Cloud Computing, Industria 4.0, robótica… A estas alturas, ¿quién no ha oído hablar de estos conceptos? Pero cómo nos estamos preparando para afrontar estos nuevos retos? Y cómo nos estamos preparando para la incorporación de las nuevas generaciones al mercado laboral? Esto supone un desafío y un reto que instituciones educativas y empresas tienen que saber manejar.
Más que nunca, para las marcas es fundamental saber cuáles son los valores y reglas del juego de estos jóvenes, a fin de poder captar y retener el talento, en un entorno cada vez más competitivo, y donde los perfiles técnicos especializados en TIC van a escasear.
¿Qué valora la generación Z del mundo laboral?
Pues bien, conozcamos algo más sobre los valores de los integrantes de la Generación Z. Ese colectivo formado por los nacidos entre 1994 y 2010. Son cerca de 2.000 millones en el mundo, y un 2% se encuentra ya en edad laboral. Un porcentaje que, a nivel global, alcanzará un 12% en 2020. ¿Y qué esperan estos jóvenes de las empresas a la hora de trabajar para ellas? La Generación Z antepone el desarrollo profesional a la estabilidad financiera, prefiere trabajar en proyectos de jerarquías diluidas, considera crucial la conciliación entre vida laboral y personal, y aspira al autoempleo (un 20% más que los millennials). Otro dato importante, estos jóvenes asumen con total naturalidad la movilidad geográfica: calculan que se mudarán de casa unas 15 veces a lo largo de sus vidas. Además, prefieren las empresas comprometidas con sus valores y con una clara vocación de mejorar el mundo. La conciencia colectiva tiene más peso en sus convicciones que la de sus hermanos mayores (integrantes de la Generación Y) y, por este motivo, valoran en mayor medida el compromiso de las marcas con la ecología, la salud o los modelos sostenibles.
Con un breve esbozo, podríamos definir a estos jóvenes como más realistas, más globales, más emprendedores, más críticos y más digitales que los millennials.
Nuevos modelos de trabajo
En este escenario, surgen ya nuevos modelos de trabajo, más compatibles y adaptados a estos nuevos planteamientos de la Generación Z. Se trata de evolucionar hacia enfoques más centrados en el trabajador. Entre ellos, figura el modelo Holacrático (conocido también como un modelo empresarial ‘sin jefes’) que, aunque se encuentra en una etapa incipiente, ya se ha puesto en marcha en numerosas empresas en EE.UU. Un sistema que encaja a la perfección con la reticencia a las jerarquías manifestada por los Z.
Podríamos decir que este métodose sitúa como máximo exponente de la gestión autónoma de equipos de trabajo, al trivializar la jerarquización de los mandos directivos. El primer paso para poder lograr migrar a una estrategia de gestión holacrática es conseguir que los equipos funcionen de una forma cohesionada, donde cada trabajador se sienta igual de implicado por ser capaces de adquirir las mismas responsabilidades. Emprendimiento y liderazgo son los dos requisitos que van a permitir que cada una de las personas que forman el equipo esté motivada y su trabajo sea productivo.
La empresa norteamericana Zappos es un ejemplo del éxito que se puede llegar a obtener gracias a la implementación de estos nuevos métodos. Su fundador, Tony Hsieh, comenzó a fabricar y distribuir zapatos hechos a mano, pero dado el crecimiento tan elevado de la empresa, recurrió a un modelo holacrático para, según el propio Hsieh, “evitar que el crecimiento explosivo del número de empleados no genere una dilución de los valores culturales que han sido una de las razones principales de éxito”. A día de hoy, su mercado es mucho más amplio, y comprende desde productos textiles y accesorios, hasta productos de estética y hogar.
El modelo Hollywood es otro ejemplo. En este caso, se centraen los procedimientos del mundo del cine. Contempla un modelo basado en la creación temporal de un grupo multidisciplinar de profesionales altamente especializados, que trabajan por alcanzar un objetivo común. Una vez que han concluido el proyecto, el equipo se disuelve para que cada uno puedaparticipar en otros propósitos en función de sus aspiraciones.
Por su parte, Universidades americanas como el School of Engineering UCSD Jacobs y el Harvey MuddCollege están poniendo en práctica la creación de equipos reducidos de profesionales con distinto perfil profesional que trabajan en un ambiente real de trabajo en el seno de la empresa, dando servicio a la misma.
LABs, una fórmula win-win de gestión del talento
En España existe un proyecto pionero en Telefónica denominado LABs. Son células de innovación, constituidas por un grupo multidisciplinar de talento joven que, apoyados por un mentor experto, resuelven retos de innovación propuestos por empresas e instituciones.
Al final, los LABs pueden verse como una “fórmula win-win” de la que se benefician tanto las empresas que apuestan por este modelo (les aporta talento y nuevos métodos de trabajo) como los jóvenes que participan en él. La selección de los chicos se hace a través de 25 universidades, y ya han participado más de 150 en un año.
Las áreas de trabajo de los LABs se centran en las tecnologías de vanguardia: Big Data, Cloud Computing, Internet de las Cosas, ciberseguridad, realidad aumentada… Y los resultados de los proyectos están siendo muy buenos. Por ejemplo, destacaría tres proyectos reales en el área de Big Data para Telefónica, todos ellos implementados ya en diferentes países; el desarrollo de soluciones de smartcities sobre infraestructura real en Málaga en los LABs de Ericsson; o el desarrollo de proyectos demostradores de la tecnología M2M de Mediatek para congresos como el MWC o CES y su comunidad de desarrolladores. En suma, un programa que viene a dar respuesta a la necesidad de promoverel talento en el sector TIC.
Y es que, los expertos aseguran que ningún sector productivo del tejido empresarial va a poder permanecer al margen de los cambios tecnológicos. Pero, más allá de la inversión tecnológica que se efectúe, lo que aportará un valor añadido a las marcas serán las sinergias que se generen entre los propios trabajadores. Sin olvidar que la capacidad para captar y retener talento, en un entorno que, cada vez más, se caracterizará por una mayor escasez de profesionales TIC, será una de las claves del éxito presente y, sobre todo, futuro. El reto está servido.