Santander: una ciudad con cerebro

La polis griega fue el primer intento en la historia de erigir una ciudad a la medida de los ciudadanos. Posteriormente, con la progresiva masificación de los núcleos urbanos, la ciudad ha ido alejándose de sus habitantes, convirtiéndose incluso en territorio hostil para algunos individuos. Pero un nuevo modelo de metrópoli, al calor del desarrollo de la tecnología, vuelve a poner al ciudadano en el centro de la vida pública: la smart city.

Las smart cities son la base de un modelo de desarrollo urbano más sostenible, pero también más humano, donde la tecnología juega un papel fundamental

Las smart cities son la base de un modelo de desarrollo urbano más sostenible, pero también más humano, donde la tecnología juega un papel fundamental a la hora de favorecer la interacción de los ciudadanos con el entorno urbano, haciéndoles la vida más fácil. Gracias al uso del IoT y el big data, las administraciones son capaces de ofrecer nuevos y más eficientes servicios.

Santander es actualmente una de las ciudades más inteligentes de Europa. Una urbe que desde hace casi una década ha apostado por la tecnología como vehículo de crecimiento y desarrollo. La capital cántabra es a día de hoy un gran laboratorio urbano en el ámbito del IoT, consagrándose como la primera gran smart city española.

Laboratorio urbano, miles de dispositivos desplegados

La infraestructura desplegada en Santander es la mayor infraestructura urbana existente en el mundo. Actualmente hay colocados miles de dispositivos en la ciudad que permiten conocer en tiempo real el estado de todos los servicios: agua, residuos, movilidad, alumbrado, etc.

Miles de dispositivos al servicio del ciudadano, la mayor infraestructura urbana existente en el mundo

Esos datos que van surgiendo de cada uno de los puntos de control, y gracias a la tecnología, son puestos a disposición del Ayuntamiento, que tiene en su poder una información privilegiada para poder adecuar la gestión municipal a las necesidades reales de los santanderinos.

Así, este gran equipamiento tecnológico tiene un doble objetivo: por un lado, optimizar los recursos, proporcionando una mayor eficiencia en el funcionamiento de los servicios públicos; y por otro, avanzar en el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas, validando los datos obtenidos en condiciones reales.

Una ciudad abierta al ciudadano

Toda la información recogida por los diferentes dispositivos es, además, puesta a disposición de los propios ciudadanos, que, bien a través de aplicaciones móviles o de los diferentes paneles informativos desplegados por la ciudad, pueden conocer en tiempo real, entre otras cosas, el estado del tráfico en cada momento para así poder diseñar la ruta menos congestionada. O saber las plazas de aparcamiento disponibles en determinadas calles de la zona centro, lo que evita perder tiempo en la búsqueda de estacionamiento, además del consiguiente ahorro de combustible y de emisiones de CO2.

Miriam García Vela llegó hace cuatro años a Santander procedente de Canarias. Reconoce que cuando llegó no sabía qué era una ciudad inteligente. “Había vivido en varias ciudades, pero la verdad es que nunca había encontrado los servicios que encontré aquí con la smart city. Una de las cosas que más valoro es la posibilidad que tengo de participar en la vida de la ciudad. Por ejemplo, hay una aplicación, Pulso de la Ciudad en la que puedes dar parte de las cosas que no van bien o que habría que cambiar. Sin ir más lejos, el otro día encontré una baldosa levantada y pensé que era peligrosa, sobre todo para personas mayores y niños, y que podía haber un accidente. Entonces hice una foto y la envié a la aplicación, y al poco tiempo la baldosa ya estaba arreglada”.

Santander es actualmente una de las ciudades más inteligentes del mundo, un gran laboratorio urbano para el desarrollo de soluciones de IoT y big data

Además de Pulso de la ciudad, hay varias aplicaciones de móvil al servicio de los vecinos. Por ejemplo, SmartSantanderRA, una app con tecnología de realidad aumentada, ofrece información sobre puntos de interés turístico, agenda cultural e información sobre eventos y servicios. Dentro de esta app hay un servicio muy usado por los ciudadanos que es el de horarios de transporte. “Poder saber a qué hora exacta va a pasar el autobús por tu parada, en una ciudad como Santander, donde llueve tanto, te permite llegar dos minutos antes de que el autobús pase, y te evita mojarte durante 10 o 15 minutos esperando”, resalta Miriam.

Smart city pionera

La idea de convertir Santander en una smart city surgió en el año 2009: “En España estábamos comenzando a vivir una crisis en la que el modelo productivo se había agotado, y en el equipo de gobierno comenzamos a reflexionar sobre hacia dónde tenía que ir la ciudad”, comenta Gema Igual, la actual regidora de Santander. “Junto con la Universidad de Cantabria llegamos a la conclusión de que el desarrollo de la ciudad tenía que tener dos pilares fundamentales: la cultura y la innovación. Santander, culturalmente hablando, ha dado un salto impresionante, pero nos quedaba la asignatura pendiente de aplicar la tecnología a la gestión municipal. Ahora es fácil darse cuenta de la importancia de introducir la tecnología en las ciudades, pero en aquel momento fuimos pioneros a la hora de apostar por la smart city”.

Así nació la idea de SmartSantander, un proyecto que desde su origen ha contado con la coordinación de Telefónica.

Plataforma Thinking City

“Pero la infraestructura desplegada es sólo el primer paso en ese camino hacia el desarrollo de la ciudad inteligente”, añade la alcaldesa. “Nos enfrentamos al gran reto de integrar toda la información que recogemos en la plataforma de la smart city, que estamos desarrollando con la ayuda de Telefónica y NEC. Nuestro principal reto a futuro es implementar esa plataforma para que nos dé una visión global, para que podamos tener un único discurso de Santander como ciudad inteligente. Ese gran cerebro, ese repositorio de datos, nos va a permitir interrelacionar todos los datos que genera la ciudad para que redunden en una gestión más eficiente”.

La plataforma Thinking City de Telefónica es la base de ese gran cerebro de la ciudad

Javier Magdalena es el Director de Negocios Digitales y T. Soluciones de Telefónica. Para él, el compromiso de Telefónica con el desarrollo de un nuevo modelo sostenible de gestión está en el propio ADN de la compañía: “Santander se convirtió en un reto desde que surgió la idea de convertirse en una ciudad inteligente. La infraestructura desplegada en la ciudad es una referencia a nivel mundial; llevamos años recogiendo información y almacenándola. Ahora, ha llegado el momento de aplicar la tecnología big data para ordenarla y correlacionarla, y así poder mejorar todos los servicios que la ciudad ofrece a sus habitantes”.

La plataforma Thinking City de Telefónica es la base de ese gran cerebro de la ciudad. La plataforma ofrece API abiertas que permiten integrar datos tanto de los servicios urbanos (agua, residuos, energía, transporte, parques y jardines, etc.) como de los sistemas tradicionales existentes en el Ayuntamiento (Policía, Servicios Sociales…). Estos datos se almacenan en un repositorio de datos común, que es la base para el desarrollo y la implementación de toda la inteligencia de la ciudad.

“Gracias a la plataforma se establecen cuadros de mando integrales de la ciudad, y particulares de cada uno de los servicios, que facilitan la toma de decisiones tanto a responsables municipales como a los técnicos de los servicios. Así mismo, se implementan cuadros de mando para el ciudadano, con lo que, en un ejercicio de transparencia, la ciudad pone a su disposición la información de todos sus servicios”, comenta Javier.

Gestión municipal más eficiente

Marcelino Lucio es el responsable del Servicio de Informática y Comunicaciones del Ayuntamiento santanderino, y sólo ve ventajas en el desarrollo de esta plataforma de ciudad: “Para los servicios municipales es muy importante disponer de una herramienta que nos proporcione información al momento. Hasta ahora, los servicios actuaban de forma reactiva. A partir de ahora, con esos cuadros de mando vamos a conocer todo lo que pasa en tiempo real, no sólo las incidencias de la ciudad, también vamos a saber la propia situación de cada servicio, de manera que estos van a poder interrelacionar la información, lo que permitirá tomar decisiones más acertadas y con más celeridad. Por ejemplo, si se va a realizar una obra en la calle y hay que hacer un corte, en ese momento se ven afectados una serie de servicios municipales como Policía, Bomberos, Tráfico… Cada servicio, con su cuadro de mando, va a poder conocer esta circunstancia y actuar en consecuencia de una manera más coordinada. Al disponer de una información integral, van a poder actuar de forma mucho más eficaz”.

Información en tiempo real para una gestión municipal más eficiente

“La tecnología -prosigue- no sirve de nada si no es para mejorar la vida de los ciudadanos y este es nuestro objetivo con la Plataforma de la Smart City: ser capaces de que todos esos dispositivos electrónicos y toda esa inteligencia de datos den un mejor servicio a los vecinos para poder convivir en una ciudad más amable, más humana, al fin y al cabo”.

Ciudad sostenible

La eficiencia en la gestión municipal revierte no sólo en el gasto público, sino también en el medio ambiente. Precisamente, la sostenibilidad medioambiental es uno de los grandes objetivos de la inteligencia aplicada a las ciudades. Para la regidora de la capital cántabra, es importante que los ayuntamientos sean “conscientes de que en el año 2050 el 80% de la población va a vivir en las ciudades, y si siguen funcionando como hasta ahora, llegarán a ser insostenibles.

“La clave que nos puede dar la tecnología” -continúa la alcaldesa- “es conocer el momento en el que estamos y poder reaccionar de manera inmediata e interrelacionada; por eso es tan necesaria a la hora de desarrollar las nuevas políticas. Por ejemplo, hay vecinos que me dicen que esa noche no se han despertado porque no ha pasado el camión de la basura. Los contenedores de residuos no orgánicos llevan instalados unos sensores que permiten conocer si están llenos o no. Si no están llenos, el camión se ahorra esa ruta, con lo que evitamos emisiones de CO2 y además el funcionario puede dedicar ese tiempo a otras labores», concluye.

Tecnología al servicio de las personas

Uno de los mayores retos del Ayuntamiento es acercar la smart city a la ciudadanía y que esta sea consciente de los beneficios que puede tener para su vida diaria este desarrollo tecnológico.

Para dar a conocer a todos los vecinos las ventajas de vivir en una ciudad inteligente, en noviembre de 2013 se creó el Centro de Demostraciones Santander Smart City, en el Palacio de Pronillo. Desde entonces, en él se desarrollan labores de divulgación que permiten acercar la iniciativa Santander Smart City tanto a ciudadanos como a visitantes. Además del Centro de Demostraciones, la ciudad tiene una plataforma colaborativa, SantanderCityBrain, en la que se proponen retos de manera periódica y los ciudadanos contribuyen con ideas, que son votadas por otros ciudadanos. Esta solución permite a los vecinos ser protagonistas en la toma de decisiones, porque la tecnología y la democratización de la información que lleva asociada brindan una nueva y revolucionaria oportunidad de abrir nuevos cauces de participación ciudadana.

Las ciudades del futuro

Escritores y cineastas llevan años imaginando cómo serán las ciudades del futuro. No sabemos a ciencia cierta cómo viviremos dentro de 50 años, pero lo que sí parece claro es que los avances tecnológicos en IoT y big data permitirán que el ciudadano, como ya lo era en la polis griega, sea el centro de la vida urbana.

”La tecnología va a cambiar la manera de vivir en las ciudades y va abrir unas posibilidades que a día de hoy ni siquiera nos podemos imaginar»

“Yo imagino que las ciudades del futuro serán ciudades tecnológicas muy parecidas a Santander. Y en esas ciudades del futuro el ciudadano tiene que ser primordial, tiene que ser escuchado, y lo que él decida, tiene que ser un mandato para los gestores. Estoy segura de que la tecnología va ayudar a que los ciudadanos sean muchísimo más activos y protagonistas”, comenta Miriam.

Javier Magdalena va mucho más allá: “La sociedad a día de hoy está viviendo un proceso de revolución tecnológica tremendo. Lo vemos cada uno de nosotros en nuestro día a día. Las ciudades inteligentes son un claro exponente de esa revolución, forman parte de una realidad que nos va a llevar a un cambio radical en la forma en que gestionamos nuestros servicios, y en la forma en que el ciudadano se relaciona con sus gestores. Igual que han cambiado las formas con las que nos relacionamos las personas, también la tecnología va a cambiar esa manera de vivir y va abrir unas posibilidades que a día de hoy ni siquiera nos podemos imaginar”.

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