La Interconexión del Este, en Estados Unidos, podría albergar más de un 30% de energía solar y eólica del país.
Ha sido un cálculo complejo, pero los resultados no dejan lugar a dudas. El Laboratorio Nacional de Energía Renovable en Estados Unidos ha hecho un estudio para saber si, con ciertas modificaciones, uno de los sistemas eléctricos más grandes del mundo, la Interconexión del Este, podría aumentar su capacidad de energía renovable.
La respuesta es que sí. Esta red tendría capacidad para integrar más de un 30% de energía solar y eólica en su sistema, además de la que ya gestiona. En otras palabras, un tercio de la población del país podría estar beneficiándose de energías respetuosas con el medio ambiente.
Sólo se necesitarían diez años y ciertas modificaciones. Esta autopista energética deriva todo el suministro a la costa Este del país norteamericano y, en un primer momento, se diseñó para el carbón, energía nuclear, gas natural y energía hidroeléctrica. Pero los tiempos cambian y las necesidades también. Los expertos llevan tiempo pensando cómo hacer posible un aumento de los tipos de energía y gestionar los 5.600 generadores, casi 60.000 nodos, líneas de transmisión y no dejar sin recursos a los 240 millones de personas que se «alimentan» de esa red.
Después de 1.000 millones de cálculos por segundo, un superodenador ha sido capaz de confirmar lo que los expertos en energía ya venían pensado desde hace mucho tiempo. Y ha estimado que con ciertos cambios en los parámetros de gestión de los recursos ha estimado que ese 30% de energía renovable es posible y, además, con una integración prácticamente instantánea.
En cualquier caso, para poder llevar a cabo esta integración hace falta mover millones de documentos legales, institucionales y empresariales. Es decir, que para que Estados Unidos pueda sobrevivir con energía renovable aún queda mucho camino por delante. Pero, al menos, ya se sabe que una mejora sustancial en sus métricas es más que posible.