Una colaboración entre la NASA Corea del Sur y la Agencia Espacial Europea trabaja para crear una herramienta satelital que permita monitorizar la polución.
Con el cambio climático como una de las principales preocupaciones actuales, la necesidad de monitorizar la polución se vuelve imperiosa. Y una de las fórmulas para hacer esto podría venir desde el espacio. Sería una manera de abarcar una enorme cantidad de zonas que ahora solo dependen de sensores instalados en tierra o en los océanos.
El plan tiene como protagonistas a la NASA , la agencia espacial de Corea del Sur y la Agencia Espacial Europea. En principio, las tres entidades colaborarán para llevar a cabo el mismo objetivo. Se trata de monitorizar la polución de forma más precisa y más global.
El primer lanzamiento ha correspondido a Corea del Sur. Su GEMS (Geostationary Environment Monitoring Spectrometer) voló al espacio el 18 de febrero. Poco después se acopló en un satélite coreano, que monitoriza la superficie del océano.
El siguiente paso lo dará la NASA. Se espera que la agencia estadounidense lance su misión, idéntica en estructura y propósito en 2022. También se tratará de un instrumento de medición que se acoplará a un satélite de comunicaciones. Y después será el turno de la Agencia Espacial Europea. Será en 2023 cuando esta entidad lanzará al espacio dos herramientas, que se unirán a las que ya posee para monitorizar la polución.
El resultado será una herramienta conjunta que pueda determinar los niveles de dióxido de nitrógeno, aerosoles y otros compuestos. Se podrá medir hora a hora la contaminación. Pero también se podrá saber si la polución que ataca a una determinada zona ha sido generada allí o en otra parte.
Fórmulas para monitorizar la contaminación
La contaminación del aire no es la única que se quiere controlar. Hay una variedad de proyectos orientados a vigilar otros factores. La suciedad de las aguas es otro de los parámetros que los científicos quieren tener bajo control. No solo por basura visible sino por compuestos menos a la vista, como los microplásticos.
Y tampoco hay que pasar por alto la contaminación lumínica. Esta es una de las formas de contaminación a las que menos atención se presta. Pero lo cierto es que produce también efectos nocivos en la naturaleza. De ahí que existan iniciativas destinadas a vigilarla.
Imágenes: Nasa
