La primera flota comercial de patinetes eléctricos autónomos ya está funcionando. Un total de 100 dispositivos prueban su eficacia en las afueras de Atlanta; lo harán durante seis meses. ¿Convencerán a los usuarios y resolverán los problemas para los que han sido creados?
Sales de la oficina y llamas al patinete desde tu móvil, con la app. Al cabo de unos minutos, como ocurre con un taxi o como un Uber, viene a buscarte. Hasta la puerta.
¿Te imaginas? Pues ya es una realidad en las afueras de Atlanta, Estados Unidos, en el suburbio de Peachtree Corners. Desde hace poco y durante seis meses, esta iniciativa de movilidad sostenible estará operativa. Será una prueba para ver si funciona y qué puede mejorarse.
El primer patinete eléctrico autónomo
No es magia, aunque resulte bastante chocante y llamativo ver cómo se acerca uno de estos dispositivos por la calle sin ningún pasajero encima. La clave está en que está dotado de unas herramientas que lo permiten.
Para empezar, la rueda trasera se levanta y es sustituida por dos ruedines, que le confieren un mayor equilibrio.
En la parte frontal lleva varios sensores y cámaras. Un teleoperador, lo dirige, atendiendo a las imágenes en tiempo real que recibe de los sensores. Según revela The Verge, este control remoto se realiza a bastante distancia, pues los trabajadores encargados de dirigirlos hasta el usuario lo hacen desde México, a más de 2.000 kilómetros. En concreto, desde las oficinas de Tortoise, la empresa encargada de esta tecnología autónoma.
La otra empresa implicada en la iniciativa es Go X, proveedor de los patinetes. Juntas, se han asociado para sacar adelante este proyecto piloto. Quieren averiguar si su apuesta se convierte en un éxito de movilidad urbana, ahora que la sostenibilidad y los transportes alternativos están tan a la orden del día.
¿Cuál es su necesidad?
Que un patinete te venga a buscar a casa parece muy cómodo. De hecho, son todo ventajas. La primera y más obvia es que no necesitas desplazarte: el patinete eléctrico, autónomo, viene a ti. Solo debes pedirlo en la app, disponible tanto para Android como para iOs. Esto supone, también, que puedes desplazarte en uno, aunque no se encuentre cerca de tu casa.
Uno de los problemas más evidentes de la movilidad compartida es precisamente su disponibilidad. Hay veces que tienes suerte y encuentras un vehículo cerca de la ubicación donde te encuentras; pero otras veces, no, y debes andar bastante para conseguir uno o directamente está demasiado lejos.
Con esta iniciativa, según sostiene el CEO de Tortoise, Dmitry Shevelenko a The Verge, “no dependes de la suerte”. Garantiza un vehículo, aunque estés lejos.
¿Qué beneficios tiene un patinete eléctrico autónomo para la ciudad?
La comodidad del usuario no es la única ventaja. Las ciudades podrían experimentar beneficios notables, como que no haya patinetes tirados en medio de la calzada o de la acera, entorpeciendo el tráfico.
Esta práctica no solo estropea los vehículos, sino que obliga a que las empresas contraten a profesionales para colocarlos en su sitio y cargarlos. Con los patinetes eléctricos autónomos de Go X y Tortoise, éstos se dirigen solos a la estación de carga cuando están bajos de batería. Evitan el gasto del personal, con el consiguiente tiempo que tardan, y aseguran que haya más disponibilidad, al acelerar el proceso.
¿Cuáles es su principal problema?
Pese a que llevan poco tiempo con la iniciativa, ya han observado algunos desafíos para tener en cuenta. Algunos vecinos se han quejado de que los vehículos quedan concentrados en determinadas zonas de más influencia; oficinas o centros de ocio. Esta queja, sin embargo, no es realmente un problema, pues precisamente estos patinetes llegan a cualquier ubicación donde estés.
La cuestión que sí es importante que valoren de cara al futuro es su sistema de funcionamiento. De momento, la flota dispone de 100 ejemplares y marcha bien por control remoto, pero en caso de extrapolarlo a una gran ciudad, ¿sería viable con tantos teleoperadores? ¿Cuántos serían necesarios?
Ilustración de la cabecera: Mónica La Mola. Imágenes: Tortoise y Go X.
