Philae

Philae descubre moléculas orgánicas sobre el cometa 67P

La Agencia Espacial Europea analiza los primeros datos ofrecidos por Philae tras su aterrizaje en el cometa 67P. Antes de entrar en hibernación, fue capaz de descubrir moléculas orgánicas sobre el cuerpo celeste.

Hace sólo unos días, la Agencia Espacial Europea lograba un resultado histórico: aterrizar por primera vez sobre un cometa. El módulo Philae, tras separarse de la sonda Rosetta, se convertía así en una herramienta fundamental para poder analizar y estudiar el origen de estos cuerpos celestes.

El aterrizaje, sin embargo, no estuvo exento de dificultades. Diversos problemas técnicos, y la posición final de Philae en una zona con reducida luz solar, provocaron que el módulo entrara en un estado de hibernación al agotarse sus baterías. Sus pocas horas activo sobre el cometa 67P han permitido, aunque parezca increíble, contar con los primeros datos y resultados sobre la superficie analizada.

Y es que uno de los grandes objetivos de la misión Rosetta era precisamente ese: entender el comportamiento del cometa 67P mientras su trayectoria se aproximaba al Sol, al mismo tiempo que que analizaban datos sobre su superficie, como su densidad, propiedades térmicas y mecánicas y la composición de la zona de aterrizaje.

Philae

Tras 57 horas de trabajo, hasta que finalmente las baterías se agotaron, Philae consiguió reunir datos muy valiosos para los científicos de la Agencia Espacial Europea. Los primeros resultados han confirmado algunos detalles muy interesantes de la superficie del cometa. En primer lugar, la herramienta Mupus de Philae permitió determinar que el suelo no era tan blando como se pensaba.

Al tratar de perforar la superficie, y alcanzar una profundidad de entre 10 y 20 centímetros, Philae se topó que bajo la gran capa de polvo se encontraba un material tan duro como el hielo. Pero tal vez el resultado más espectacular de esta misión sea el descubrimiento de moléculas orgánicas sobre el cometa 67P.

Estas moléculas contienen carbono, y son elementos imprescindibles para la vida. El hallazgo de las moléculas orgánicas sobre el cometa no significa que se haya descubierto algún tipo de organismo vivo sobre el cuerpo celeste. Dentro de los compuestos orgánicos, podemos diferenciar dos tipos: las biomoléculas sintetizadas por los seres vivos (como las proteínas) y aquellas moléculas que se producen como resultado de procesos geológicos o atmosféricos.

Philae

 

De hecho, no es la primera vez que se hallan restos orgánicos en la superficie de un cometa. En el año 2000, investigadores descubrieron ácido fórmico, un tipo de compuesto orgánico muy sencillo, en el cometa Hale-Boop. Aunque los científicos de la ESA aún no han podido determinar qué clase de moléculas orgánicas hay en el cometa 67P, lo cierto es que sus resultados podrían añadir nuevas piezas al gran puzzle sobre nuestro propio origen.

El cometa 67P, originado hace 4.500 millones de años, podría entonces ofrecer nuevas respuestas sobre el papel de los cometas en el ‘transporte’ de moléculas orgánicas sencillas a planetas como la Tierra. Es decir, el choque de cometas con nuestro planeta podría haber permitido conseguir los ladrillos más fundamentales de los que se componen los seres vivos. El extraordinario viaje de Rosetta y Philae es, sin duda, una vuelta a nuestro pasado para saber de dónde venimos, y tal vez hacia dónde vamos.

Imágenes | ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS TeamESA/ATG medialab, Purpy Pupple (Wikimedia)

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