Sailbuoy

Este es el primer barco autónomo que ha cruzado el Atlántico

El Sailbuoy, una peculiar embarcación, se ha convertido en el primer barco autónomo que ha cruzado el océano Atlántico.

Ya hay un barco autónomo que ha cruzado el Atlántico por sí solo. Es la primera vez que se lleva a cabo una proeza técnica de este calado. El protagonista ha sido la sencilla embarcación Sailbuoy, fabricada por la compañía noruega Offshore Sensing.

Se trata de un barco sencillo porque el casco, el velamen y la forma de propulsión son minimalistas. Evidentemente también hay una complejidad detrás, toda la referida a los sistemas de autonomía. El barco escoge un rumbo y lo sigue, pero también tiene indicaciones de mantenerse alejado de obstáculos. Ha aprendido a evitar plataformas petrolíferas y otros barcos (que lo recogen si se encuentran con él).

El Sailbuoy ha navegado con pausa hasta cruzar unos 2.900 kilómetros de trayecto. Son los que separan la isla de Terranova de las costas irlandesas. El barco ha tardado unos dos meses y medio en completar el viaje, algo más de lo que tardó Colón en llegar a las primeras islas americanas, aunque su recorrido fue más largo.

En todo caso, este barco autónomo no está pensado para el transporte de personas o mercancías. Pero sí puede servir para otros cometidos. Su desplazamiento lento y completamente independiente le permitiría explorar los océanos a sus anchas. También podría servir para evaluar los niveles de contaminación e incluso para contribuir a solucionar el problema.

Sailbuoy

Su motor obtiene energía a partir de las placas solares que tiene en la cubierta. Así, se convierte en autónomo de forma completa. Su flotabilidad le permite aguantar si sus baterías se quedan sin energía hasta que las placas metan electricidad de nuevo al motor.

Desde Offshore Sensing señalan que antes de este viaje exitoso ha habido otros 20 intentos frustrados. Comenzaron a probar en 2010 y han seguido haciéndolo hasta ahora.

La navegación marítima autónoma que ya llega

El caso del Sailbuoy es significativo por el hito de cruzar el Atlántico, pero en cierta medida no pasa de ser una anécdota. Sin embargo, la navegación marítima autónoma ya ha comenzado su andadura. Al menos en lo que respecta a proyectos y anuncios.

Este camino se surca poco a poco, pero con marcha con viento de popa. Noruega, uno de los países más innovadores en transporte alternativo y que utiliza abundantemente los barcos para el mover mercancías y también personas, ha sido de los pioneros. Antes del éxito del Sailbuoy, en 2018 ya estaba previsto que se botara el primer barco autónomo, preparado para realizar un trayecto de 60 kilómetros. Su cometido: transportar fertilizantes.

En la misma dirección navega Japón, que se ha propuesto lanzar buques de carga autónomos en 2025. El país planea invertir cientos de millones de dólares para desarrollar la tecnología. El que es el segundo fabricante de barcos a nivel mundial, quiere producir 250 embarcaciones de este tipo para una fecha temprana.

Aunque también existe otro ámbito donde la navegación autónoma puede tener importancia. Se trata de canales y ríos navegables. En estas aguas fluviales ya se han probado alternativas autónomas a las embarcaciones actuales. Un buen ejemplo de ello son los barcos de Port-Liner, en Ámsterdam, una compañía que se ha ganado el sobrenombre de la 'Tesla de los barcos'. Y es que no solo son autónomos sino también eléctricos.

Imágenes: gordontour, Offshore Sensing

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