¿Cómo utilizan los pueblos la tecnología para convertirse en lugares inteligentes?

Los pueblos se resisten a quedarse vacíos y tienen la clave para conseguirlo: la tecnología. Muchos de estos lugares con pocos habitantes, silencio y donde huele a leña casi constantemente quieren convertirse en referentes tecnológicos.

Se les conoce como smart cities y plantean modelos de desarrollo urbano donde la tecnología juega un papel fundamental. Presumen de ser más sostenibles, más interactivos con los ciudadanos y con un mayor número de servicios. Santander se ha consagrado como la primera gran smart city española y está considerada como un gran laboratorio urbano en el ámbito del IoT (Internet de las cosas). Muchos dirán que, claro, Santander es una ciudad grande y tiene posibilidades económicas, pero que la innovación en los pueblos es imposible. Por suerte, están equivocados.

Gracias al IoT y el big data los ayuntamientos son capaces de ofrecer nuevos servicios

Villanueva de la Serena, en Badajoz, es uno de los pueblos que está aprovechando las nuevas tecnologías para ser un lugar inteligente. Desde hace unos años, el ayuntamiento utilizó gran parte de su financiación pública para potenciar la inteligencia artificial en el pueblo. Ángel Guerrero, ingeniero de telecomunicaciones municipal, lo explicaba de la siguiente manera: “Cuando empezamos a sensorizar el municipio, nuestra finalidad era mejorar la toma de decisiones. Saber con datos dónde actuar como Ayuntamiento. Tenemos que pasar del big data a la actuación. A plataformas que se regulen por sí solas. Si un edificio está vacío, pues que apague directamente las luces y la climatización. O si llueve, que no reguemos el campo”.

Aprovechar la tecnología para mejorar la vida de los residentes, esa es la idea

Otros pueblos, como Martos, en Jaén, también se han unido a la transformación digital. Cuenta con 24.000 habitantes y sus calles rebosan tecnología. Sus pasos de peatones se iluminan cuando cruza un vecino y, a través de paneles, se informa a los conductores de la ocupación de los aparcamientos públicos.

El uso del big data para tomar mejores decisiones es decisivo en este tipo de iniciativas. Servicios como LUCA acompañan en el camino a empresas y administraciones hacia la revolución digital urbana.

Los datos permiten dinamizar las zonas rurales de múltiples formas. Así lo afirma Luis de Cristóbal, creador del think tank (Re)Pueblo: “El éxodo rural no tiene una solución común. Cada localidad puede usar algún tipo de tecnología específica, ya sea machine learning, Inteligencia Artificial o blockchain, que la haga atractiva.

En Finlandia así han conseguido que los pueblos vuelvan a tener actividad”. Que el número de habitantes sea bajo no es un obstáculo para la innovación tecnológica, pues solo hace falta contar con tres ingredientes: inversión, buenas ideas y una gran dosis digital.

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