David del Val nos habla del futuro que está por venir originado por la recombinación de diferentes tecnologías semilla. La innovación se acelera en todos los campos y empieza a ser ya una realidad palpable
Una de las características de la innovación moderna es su carácter de remezcla o recombinación (traducido de la palabra inglesa recombinant). Este término nace tras el artículo del economista Martin Weitzman «Recombinant Growth» donde el autor describe un modelo de crecimiento en el que surgen nuevas ideas como combinación de otras ideas semilla ya existentes. Lo que hace fascinante a este modelo en la actualidad es que el proceso de desarrollo de la tecnología nos ha llevado a un punto de no retorno en el número de tecnologías semilla. Y el proceso combinatorio de mezclar estas tecnologías nos está llevando hacia una nueva era de innovación mundial.
Considera por ejemplo Internet Of Things, que es probablemente una de las áreas más prometedoras del desarrollo tecnológico en el futuro próximo. El número de tecnologías que actualmente están emergiendo podrían ser empleadas de manera combinada, fortaleciéndose las unas a las otras para lograr una mayor expansión de este potencial impacto. Por ejemplo, los avances en tecnologías de comunicación por radio, a la par que los avances en chipsets y cloud computing están derivando en un nuevo tipo de sensores conectados que usan tan poca batería que se pueden implementar en lugares sin suministro de energía.
El cambio radical viene aquí dado por una nueva tecnología denominada LPWA que permite que haya objetos que se comunican durante años sin tener que estar cerca de una fuente de energía estable. El problema hoy en día es que el sensor de la batería es incapaz de durar largos periodos de tiempo y por tanto hay que reemplazarla de vez en cuando. Estos cambios de baterías son tan caros que la posibilidad de prescindir de este proceso mediante la reducción radical del uso de energía por parte del sensor para comunicarse vía Internet, llegará a ser revolucionario. La consecuencia práctica, es que será posible instalar sensores conectados prácticamente en cualquier parte, y a la larga tendrá un impacto potencial mucho mayor.
En un futuro será posible crear sensores completamente autónomos con una fuente prácticamente ilimitada de energía. Podemos imaginarnos los beneficios que tendrá en grandes infraestructuras que tienen una vida útil muy larga como por ejemplo, los embalses, los oleoductos y gasoductos o los cables de comunicación submarina que se propagan a lo largo de grandes áreas y que deben ser monitorizadas. Pero este beneficio también surge en aplicaciones para espacios reducidos donde el acceso es potencialmente peligroso o complejo y donde los sensores necesitan sobrevivir durante largos periodos de tiempo. Imagina ahora los marcapasos u otros implantes médicos, por no hablar del día a día de los objetos que necesitan conectarse a la red eléctrica, como las señales de limitación de velocidad, tuberías de agua e incluso árboles. Todo lo que pueda ser conectado se conectará gracias a este avance que la combinación de tecnologías semilla está provocando.
El crecimiento de la recombinación está surgiendo también en tecnologías que tienen que ver con todo el universo de datos que empieza a generarse. Una de las tecnologías semilla más prometedoras es la que se refiere al “machine learning”. Esta tecnología reinventa otra más vieja relacionada con el área de la inteligencia artificial denominada “redes neuronales”, cuyo propósito es el de crear conocimiento autónomo sin un modelo formal que lo respalde. Estas redes neuronales tienen la capacidad de aprender a partir de ejemplos y después de una formación básica son capaces de crear conocimiento propio. Aunque en el pasado habían tenido un éxito limitado, en la actualidad están experimentando una nueva época dorada con la disponibilidad de grandes cantidades de datos útiles para la formación de las máquinas, la mejora en la potencia de procesamiento de estas y la expansión de redes de comunicación para la recogida de datos y su distribución. Además, estas nuevas herramientas estadísticas son capaces de evaluar la calidad del conocimiento adquirido y de esta manera pueden iniciar un crecimiento exponencial de servicios basados en estos datos.
Hasta ahora, las aplicaciones clásicas para estas tecnologías o similares se habían utilizado para resolver problemas que se consideraban fuera del alcance de los ordenadores. Hace tan sólo una década, cuestiones como conducir un coche o el reconocimiento completo de la voz se consideraban tareas exclusivamente humanas. Gracias a esta combinación de aprendizaje automático con otras tecnologías está comenzando a ser una realidad.
Pero el uso más avanzado de estas tecnologías podría tener un enorme impacto en la vida de los seres humanos. Ahora está claro que, más pronto que tarde, seremos capaces de predecir algunos aspectos del futuro de la vida cotidiana de las personas, contando, por supuesto con su permiso explícito.
Innumerables startups están lanzando al mercado dispositivos capaces de medir cualquier cosa, desde el número de pasos que realizamos cada día, a la cantidad de carbohidratos que bebemos, o el número de golpes ganadores que realizamos cuando jugamos al tenis. A medida que se recopilan más y más datos acerca de lo que las personas hacen, de cómo se comportan, o como se alimentan, se genera más información de las consecuencias probables o improbables de sus actos.
Esta combinación en la recopilación de datos y el aprendizaje automático marca el principio de una sociedad basada en los datos. Este citado cambio puede alcanzar tales dimensiones que algunas voces reclaman ya que sería necesario crear una ciencia completamente nueva: lo que Sandy Pentland denomina «Social Physics».
Otra clave interesante entorno a estas tecnologías semilla es la mezcla en las bases de datos masivamente distribuidas junto con las nuevas técnicas matemáticas para la creación de «cryptocurriencies«. Bitcoin es sólo un controvertido ejemplo de esto y de alguna manera una interesante aplicación de esta tecnología, pero el mecanismo subyacente puede ser empleado para otros propósitos, como veremos en el 2015 y más adelante.
En el corazón de todos las «cryptocurriencies» existe una sencilla base de datos compartida de cuentas y transacciones que automáticamente se mantienen sincronizados mediante una gran red de ordenadores distribuidos por todo el mundo. El encanto de esta arquitectura repartida está en que no se necesita una cámara de compensación central, y por tanto estas transacciones se registran de manera mucho más eficiente.
Imagina lo que podría suceder si permitimos que los no-humanos participaran en una plataforma de «cryptocurriencies» y combinamos esta tecnología con el «Internet of Things». De repente, los objetos conectados estarían capacitados para participar en transacciones económicas y de la nada un aparato electrónico podría ser apto para realizar tareas como negociar en un mercado electrónico. La capacidad de garantizar la veracidad de las transacciones sin la necesidad de una cámara de compensación central, abre un mundo de posibilidades que sólo estamos comenzando a desvelar.
Me gustaría finalizar esta revisión de las prometedoras innovaciones que estamos viviendo con otro ejemplo de la Red de Telecomunicaciones. El acceso a las redes de radio está evolucionando rápidamente para hacer frente a las altas exigencias que el crecimiento del tráfico o la perspectiva de nuevos conceptos como Internet táctil van a demandar. Las futuras tecnologías inalámbricas evolucionarán sobre las tecnologías existentes como «massive MIMO» o «Software Defined Radio» complementando a otras áreas como las Nuevas Tecnologías de Modulación más allá del generalizado OFDM.
En este sentido, la “aún en desarrollo” quinta generación de redes Móviles (5G) será probablemente una combinación de diversas tecnologías de red de acceso. Cuando esta tecnología este lista, aproximadamente en unos cinco o diez años, integrará sin fricciones diferentes tecnologías de acceso en un único núcleo de comunicaciones. Para ello, una vez más, se construirá sobre las tecnologías de virtualización que se están desarrollando actualmente y donde Telefónica es líder global en la industria de la Telecomunicación.
Como creadores del futuro, hemos de ser conscientes que anteriormente, en muy pocas ocasiones hemos contado con tantas tecnologías semilla capaces de combinarse y crear aplicaciones provechosas para la sociedad. Comunicaciones de baja potencia, aprendizaje automático,»cryptocurriencies», y formas de accesos de radio son sólo algunos ejemplos de lo que está por venir. Más allá de poder vaticinar lo que el 2015 nos depara, lo realmente emocionante es la oportunidad que se nos brinda de ser actores activos en el desarrollo de todas estas innovaciones. De alguna forma, disponemos de las herramientas para construir EL futuro que nosotros como sociedad, queremos.
Este post se publicó originalmente inglés en el blog de Public Policy de Telefónica.