Un equipo de científicos ha reconstruido en un busto físico cómo debería ser la cara de una momia egipcia, empleando escaneado e impresión 3D.
En los sótanos de la Universidad de Melborune, concretamente en los del edificio dedicado a la medicina, reposaba una cabeza momificada desde hacía décadas. Realmente no se sabe a ciencia cierta desde cuándo estaba allí la cabeza, que pertenece al periodo de la Antigüedad Clásica de Egipto. Puede que la trajera el profesor Wood Jones, un reconocido arqueólogo británico de la primera mitad del siglo XX, que visitaba asiduamente Australia y realizó expediciones a Egipto.
En todo caso la cabeza disfrutaba de un fresco descanso en los sótanos de la universidad hasta que un equipo de científicos decidió hacer una copia exacta de ella. O más bien de cómo habría sido ella, la cabeza de la persona antes de morirse y experimentar el proceso de momificación.
Para reconstruir la cara de la momia los científicos han empleado un escáner TAC (tomografía axial computarizada) e impresión 3D. Con el primero han obtenido la información necesaria para crear un modelo en 3D de la cabeza, tomando datos mucho más allá del simple esqueleto. El trabajo tenía que ser de una alta precisión, porque después venía un proceso de 140 horas de impresión 3D. Y nadie quería que a las 115 horas algo fallara y hubiera que repetir.
A la momia, cuya edad en el momento de la muerte sería de entre 18 y 25 años, la han llamado Meritamun, que quiere decir amada del dios Amón, el dios de todo lo oculto. A pesar de haber vivido unos 2.000 años atrás, la momificación ha conservado formas y marcas que han ayudado en el proceso de reconstrucción. También lo han hecho los datos recogidos de la población actual de egipcios, con el fin de completar los vacíos de información.
En un vídeo ilustrativo se muestra cómo la impresión 3D ha pasado de crear una calavera pelada a rellenarse las cuencas oculares e ir surgiendo los tejidos. Después el cráneo y la calavera entera se rellenan con un material que da forma a la cara, para después definirse el contorno y embellecerse: pómulos, barbilla, nariz, cuello, todo. La cabeza ya tiene una forma perfectamente humana, solo queda añadirle el cabello, el vello de las cejas y un color tenue a los labios.
En un principio el proyecto comenzó para descubrir los secretos de la cabeza. Como no se podían retirar los vendajes, pues la operación habría dañado la calavera de Meritamun, escanearla se convirtió en la única opción.
Ahora, con la reconstrucción se pueden estudiar las enfermedades que tenía esta persona, cuál pudo ser la causa de su muerte, incluso cómo era su alimentación. La dentadura deteriorada de Meritamun es un indicador de que seguramente sufría dolores, mientras que algunas partes del hueso más delgadas son síntomas de anemia.
Imagen: bshamblen