Audi ha probado un prototipo de coche autónomo que ha alcanzado los 240 km/h, por ahora el récord de velocidad en conducción autónoma.
La velocidad no es uno de los requisitos más apremiantes en la consecución del coche autónomo. Muchos otros factores resultan más decisivos para poder lanzar los primeros modelos al mercado, sin embargo, los km/h siempre llaman la atención en un vehículo. En este caso Audi ha llamado la atención con una prueba en la que su prototipo ha alcanzado los 240 km/h, lo que constituye el récord de velocidad de un coche autónomo hasta la fecha.
La cifra en sí no es lo más importante, pero la capacidad del vehículo para mantener la estabilidad y el control en unas condiciones tan extremas sí es digna de alabanza. Bien es cierto que la prueba que ha llevado a cabo Audi se hizo en un circuito cerrado y sin tráfico, cuando uno de los principales retos de los coches autónomos es afinar su capacidad de reacción ante obstáculos, sobre todo los inesperados o los que se mueven.
Para los sistemas de inteligencia artificial de los coches autónomos, detectar y reaccionar ante un obstáculo fijo es significativamente más sencillo que hacerlo ante uno móvil o una circunstancia repentina. En la prueba de Audi –marca perteneciente al grupo Volkswagen– no existía la posibilidad de encontrarse con situaciones inesperadas. Con todo, el modelo RS7 de la firma alemana tiene el mérito de haber recorrido el circuito de Hockenheim, cerca de Frankfurt, más rápido sin conductor que con él.
No es sólo que haya logrado el récord de velocidad de un coche autónomo, sino que los sistemas han alcanzado tal nivel de precisión que pueden completar el circuito más rápidamente que un humano con todas las garantías de seguridad. Por sí mismo, el vehículo de Audi tardó algo más de dos minutos en llegar a la meta, mientras que el conductor empleó cinco segundos más.
Desde la compañía afirman que esta prueba demuestra la seguridad de los coches autónomos, uno de cuyos objetivos es disminuir la cantidad de accidentes que ocurren día a día en las carreteras. Teniendo en cuenta que la mayoría se producen por fallo humano, una inteligencia artificial precisa podría ver cumplido este propósito.
Sin embargo, aún quedan importantes detalles por solucionar antes de que los modelos autónomos sean puestos a la venta. En algunos lugares de Estados Unidos ya se han aprobado leyes que regulan el uso –o al menos las pruebas– de este tipo de vehículos. Pero la cuestión de los seguros o incluso el dilema ante la llegada de una multa están por definir.
Imagen: Audi
