Logran regenerar los nervios de la médula espinal en ratones con parálisis. El siguiente paso es conseguir que recobren el movimiento en las extremidades afectadas por lesiones medulares.
Cada año se producen en el mundo entre 250.000 y medio millón de lesiones medulares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en países con ingresos más bajos la tasa de supervivencia de quienes las sufren es entre 2 y 5 veces menor. Además, las lesiones medulares están relacionadas con una menor escolarización y participación económica, así como con mayores costes sanitarios y cargas sociales.
En la actualidad no existe un método eficaz para reparar las lesiones de médula espinal aunque equipos científicos trabajan para encontrar una solución. Muchas investigaciones se centran en la utilización de células madre como método para reparar las fibras dañadas. Otras vías van encaminadas a solucionar la movilidad de pacientes en silla de ruedas. Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature Communications recalca la importante labor de la proteína PCAF, implicada en el crecimiento y regeneración de células.
Dentro del sistema nervioso hay que distinguir entre el sistema nervioso central (formado por el encéfalo y la médula espinal) y el sistema nervioso periférico (SNP). El SNP es una tupida red nervios y neuronas responsable de comunicar el cuerpo con nuestro cerebro a través de la médula espinal. Estos nervios reciben y transmiten los mensajes que nos permiten sentir y movernos. Es por ello que cuando la médula espinal sufre una lesión, las señales que reciben los nervios conectados a ella por debajo de la lesión no tienen forma de llegar al cerebro, dando lugar a la parálisis.
Una diferencia importante entre el SNP y el SNC es que las células nerviosas del SNP son capaces de regenerarse y restablecer las conexiones, propiedad ausente en el SNC. Es por este motivo que el grupo de investigadores europeos ha estudiado los elementos que permiten a los nervios del SNP regenerarse, basándose en la premisa de que si son capaces de entender estos mecanismos podrán replicarlo en la médula espinal.
Epigenética como clave de la regeneración celular tras lesiones medulares
Mientras estudiaban los mecanismos responsables de la regeneración nerviosa, se dieron cuenta que la epigenética estaba en la base de la capacidad de regeneración del SNP. Los mecanismos epigenéticos son procesos causados por el ambiente que rodean a la célula y que sin llegar a alterar su secuencia de ADN son responsables de la activación y desactivación de los genes. Se podría decir que los factores epigenéticos que son una especie de diccionarios que, en función de la experiencia pasada de cada individuo, interpretan los genes de una manera o de otra.
Hasta hace poco se pensaba que las alteraciones epigenéticas eran inherentes, al igual que lo es el ADN que heredamos de nuestros padres. Sin embargo, existe consenso acerca de que las señales medioambientales son fundamentales para activar o desactivar la expresión de los genes, ya sea de manera temporal o permanente.
Los investigadores encontraron la relación entre las señales de lesiones en el SNP y la activación de los genes implicados en la regeneración celular gracias a la observación de cómo las señales de lesiones se transmiten entre neuronas.
En el estudio, los investigadores inyectaron la proteína PCAF – identificada como factor epigenético responsable de la activación de los mecanismos de regeneración celular del SNP – en ratones con lesiones en el sistema nervioso central. Gracias a esto pudieron observar que se producía un incremento notable del número de conexiones nerviosas en la zona dañada de los ratones. Esto abre la puerta a la posibilidad de controlar químicamente la regeneración de los nervios del SNC en seres humanos.
Este trabajo está todavía en fase preliminar y está por ver si la regeneración de los nervios de la médula espinal a partir de la proteína PCAF en los ratones tratados genera la ansiada recuperación de movimiento y tacto. Para ello aún quedan muchos problemas que resolver, pero sin duda este es un primer paso para encontrar una solución farmacológica que permita activar los genes responsables de la regeneración celular en la médula espinal.
Imágenes S&W / The Conversation / Guía Kinesología