Reino Unido será pionero en adaptar las normas de circulación para coches autónomos, teniendo en cuenta aspectos como la responsabilidad en caso de accidente.
Los aspectos tecnológicos implicados en la consecución de los coches autónomos están lo suficientemente avanzados como para que algunas de las principales marcas automovilísticas hayan anunciado lanzamientos comerciales para 2020. Ya se están llevando a cabo pruebas en carreteras públicas (en el último CES un prototipo de Audi hizo su entrada triunfal en el evento después de haber conducido por sí mismo durante 900 kilómetros sin intervención humana), pero para que la tecnología despegue es necesario un cambio en la regulación.
El gobierno de Reino Unido es consciente de la importancia que tienen los aspectos regulatorios para la entrada en el mercado de una tecnología como la de los coches autónomos, que tanto cambia las cosas. Un informe del Departamento de Transporte ha anunciado que habrá cambios en el código de circulación.
Las autoridades del país han asegurado que para el verano de 2017 se habrá practicado una renovación de la normativa vigente. Las normas de circulación para coches autónomos no pueden esperar mucho más, pues Reino Unido empezará una serie de proyectos piloto esta primavera, que implican el movimiento de este tipo de vehículos en entornos públicos.
Las pruebas son el preludio para la entrada de lleno de los coches autónomos en las calles y carreteras británicas. Para que esto suceda hay muchos puntos que retocar en la legislación y otros por definir. Uno de los vacíos que el gobierno quiere saldar es la responsabilidad legal en caso de accidente, que en estos momentos no está claro si debería recaer sobre un posible conductor (aunque no esté al volante), el fabricante o el desarrollador del software, por ejemplo.
Garantizar la seguridad de los conductores –o pasajeros de los vehículos– así como de los viandantes es otra de las obligaciones que se ha impuesto el gobierno británico a la hora de establecer normas de circulación para coches autónomos. Hay que tener en cuenta que si hoy en día este aspecto depende en gran medida de las personas, con los nuevos vehículos pasará a depender de la fiabilidad de un producto, lo que plantea serios retos a las compañías de seguros.
En las pruebas que tendrán lugar a partir de primavera, uno de los objetivos es determinar cómo reacciona la gente ante la presencia de coches autónomos. Entre las empresas que participan en el programa se encuentra el grupo Axa, de seguros, cuya misión es observar cuáles son las implicaciones legales, particularmente las que afectan a su negocio, que se derivan de la introducción de vehículos sin conductor.
Estados Unidos es quizá el país que más se ha preocupado de establecer un marco legal para los coches autónomos, aunque esté indicado principalmente para pruebas. Mientras que en Europa solo Alemania y Suecia han renovado su normativa para adaptarla a los nuevos automóviles.