Reino Unido trabaja en la obtención de sangre artificial a partir de células madre, que se probará en voluntarios sanos a partir de 2017.
Uno de los grandes desafíos en medicina es evitar la «barrera» de los grupos sanguíneos. Bien a partir de la conocida como sangre universal, bien a partir de sangre artificial, que pueda ser fabricada mediante el uso de células madre, la investigación trata de mejorar la obtención del tesoro rojo más preciado.
Sólo en la Comunidad de Madrid se necesitan más de mil donaciones diarias para cubrir las necesidades de abastecimiento de los hospitales de la región. Este dato muestra lo importante que resulta el acto voluntario y altruista de donar sangre, y lo fundamental que es avanzar científicamente en la obtención de sangre artificial con la que tratar a pacientes afectados por diferentes tipos de cáncer, anemias o que hayan sufrido un accidente o intervención quirúrgica.
La investigación en células madre, que se aplica generalmente en el ámbito de la medicina regenerativa, podría acercarnos a un futuro donde la donación universal fuera posible. En ese sentido, científicos de las universidades de Oxford, Cambridge y Bristol trabajarán con especialistas del NHS Blood and Transplant, con el objetivo de fabricar sangre artificial a partir de células madre obtenidas de individuos adultos y del cordón umbilical de recién nacidos.
Según recogen en Engadget, las células sanguíneas obtenidas se probarán en 20 voluntarios a partir de 2017, en los que se transfundirán entre 5 y 10 mililitros de sangre artificial. El objetivo será comparar estos ensayos con las donaciones que se realizan normalmente, con el fin de determinar si existe algún problema de seguridad.
La razón de comenzar los ensayos clínicos en 2017 es que primero deben confirmar que el método de obtención de sangre artificial funciona. Posteriormente se harán las pruebas preclínicas, y dos años después comenzarían los estudios en voluntarios sanos de Reino Unido.
Como explica el Dr. Nick Watkins, «científicos de todo el mundo han estado trabajando durante años para fabricar sangre artificial, con el objetivo de ofrecer una alternativa a la sangre donada para tratar a los pacientes». Si la investigación y los ensayos clínicos en Reino Unido funcionaran, podríamos hacer realidad una necesidad fundamental para la medicina del siglo XXI.
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