Un equipo de científicos de la Universidad British Columbia ha publicado un estudio en la revista Nature Microbiology donde explican cómo han conseguido convertir sangre del tipo A y B en universal gracias a unas enzimas del intestino del ser humano.
Hace apenas unos días, el 14 de junio, celebrábamos el Día Mundial del Donante de Sangre, un evento para concienciar sobre la importancia de esta práctica voluntaria. ¿Alguna vez te has preguntado por qué es tan importante donar sangre? Las transfusiones permiten salvar vidas y mejorar la salud de muchos pacientes. Una misma donación puede servir para varias personas enfermas, pero no todos pueden acceder a tiempo.
A pesar de que el suministro de sangre es una necesidad global, todavía existen diferencias y complicaciones relacionadas con el nivel de acceso a sangre y la diferencia entre grupos sanguíneos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se recogen 122,5 millones de unidades de sangre a nivel mundial procedentes de donaciones altruistas.
Sin embargo, a día de hoy, no existe la donación de sangre universal. El problema de la incompatibilidad de grupos sanguíneos y la búsqueda de una sangre universal sigue siendo uno de los grandes desafíos de la medicina. Esta meta parece estar cada vez más cerca.
Convertir sangre A y B en univeral
Un equipo de científicos de la Universidad British Columbia ha anunciado, en un estudio publicado en la revista Nature Microbiology, que han conseguido convertir sangre del grupo A y B en tipo O, universal, que puede ser recibida por cualquier persona. ¿Cómo lo han logrado?
Este equipo lleva cuatro años trabajando con enzimas del intestino humano famosas por su capacidad para desprender a los glóbulos rojos de los azúcares. ¿Qué quiere decir esto? Los seres humanos podemos tener cuatro tipos diferentes de grupos sanguíneos (A, B, AB, O) definidos por moléculas de azúcar, llamadas antígenos sanguíneos, que se encuentran en la superficie de los glóbulos rojos.
En este sentido, si una persona con grupo A recibe sangre del B puede provocar que el sistema inmunitario realice un rechazo a los glóbulos rojos. Pero la sangre del grupo O no tiene estos antígenos, por eso es posible la transfusión de este tipo de sangre «universal» a cualquier persona.
A través de dos enzimas del intestino
El propósito de la investigación se centró en cómo conseguir eliminar estos antígenos para convertir cualquier tipo de sangre en universal, y para ello utilizaron dos enzimas intestinales del ser humano. Al probar dichas enzimas los antígenos perdían sus propiedades sin perder calidad, convirtiendo la sangre A en universal, como la O.
Este podría ser un logro esperanzador a nivel mundial, pero el equipo todavía tiene que realizar pruebas para comprobar su eficacia y demostrar que estas dos enzimas bacterianas pueden eliminar los antígenos de la sangre tipo A y B de forma completa.