Si tapas la webcam de tu portátil, los motivos en un smartphone no son distintos. Si no lo haces, es bueno extremar las precauciones.
Tapar las webcam de los portátiles es una práctica muy extendida desde hace muchos años. Aunque a priori hacerlo puede parecer una práctica propia de una persona paranoica, la realidad es que, según los expertos, es recomendable hacerlo más allá de las cientos de leyendas urbanas que circulan por Internet. Tal y como nos contó Chema Alonso, existe software malicioso que permite activar la webcam sin que el propietario del portátil o esta lo sepa. Así, de tenerlos en habitaciones, es posible que se obtengan imágenes privadas íntimas.
La mayoría de portátiles modernos tienen luces que alertan con un LED de que la cámara está grabando, pero incluso eso se ha demostrado hackeable en los modelos que lo controlan vía software. Si el caso de los ordenadores portátiles ha sido ampliamente debatido, el terreno es aún más polémico en los smartphones, en el sentido de que, a diferencia de los primeros, que más que nada eran herramientas de trabajo o ocio fijas, los terminales van siempre con el usuario, en casi todas y cada una de las situaciones del día a día.
Aunque cada vez la seguridad es mayor en iOS y Android, los principales sistemas sistemas operativos móviles, los expertos son igual de tajantes en este sentido. No es que te estén espiando siempre, ni normalmente, pero puede que en alguna ocasión el control de tu móvil sí caiga en las manos indebidas, y no sólo en cuanto a cámara, presente ya casi en todos los modelos gracias al fenómeno de los selfies, sino también respecto a micrófonos.
Controlar un smartphone por alguien ajeno no es fácil. La primera recomendación es ni hacer jailbreak en caso de iOS, ni obtener acceso root en Android, ya que el nivel de seguridad del sistema se reduce mucho. Otra recomendación es tener mucho cuidado con las aplicaciones que se instalan, aunque ese es otro tema complejo, pues tanto en el Google Play Store como en la App Store se han dado casos de aplicaciones que parecen bienintencionadas, pero que en el fondo o han sido infectadas o realmente son malware camuflado.
Por todo ello, si eres un usuario que tapa la webcam del portátil, hay pocas razones para no recomendar que tapes también la cámara frontal, o incluso la trasera, que indica más que nada en el ambiente en que nos situamos, en esta era de la realidad aumentada. Si no la tapas o no tienes la conciencia de hacerlo, no es que exista obligación, pero sí es recomendable evitar mostrar escenas íntimas delante de ambas cámaras. Por lo que pueda pasar.
