El proyecto para dar la vuelta al mundo con un avión propulsado por energía solar se ha puesto en marcha y durará cinco meses.
El proyecto lleva años de preparación y la idea surgió hace más de una década, cuando el aventurero Bertrand Piccard tuvo la ocurrencia –él lo califica como sueño– de dar la vuelta al mundo sin ayuda del petróleo, únicamente con energía solar. Parece que los años han arrojado cordura a su empeño y ahora el Solar Impulse 2 está preparado para el trayecto, que tiene una duración prevista de cinco meses. El avión ya ha despegado e irá haciendo escala en varios lugares con el fin, no solo de facilitar el viaje sino de difundir las virtudes de la energía que lo propulsa.
Al fin y al cabo esta hazaña aún por completar tiene el propósito de concienciar acerca de la energía solar. Hace tiempo que se advierte sobre la necesidad de sustituir a los combustibles fósiles, el pasado año un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), creada por la OCDE tras la crisis del petróleo de 1973, ofrecía unas insólitas conclusiones que resultan alentadoras.
Según la AIE, en el año 2050 la energía mayoritaria será la solar, que habría desplazado a los combustibles fósiles. Sus predicciones se basan en gran parte en el descenso de precios que ha tenido lugar en paneles solares. En los últimos años el coste se ha reducido en un 70% y se prevé que en la próxima década se rebaje a la mitad. La tecnología ha logrado aumentar sensiblemente su eficiencia, hasta el punto de que unos años atrás el proyecto Solar Impulse 2 no habría sido posible.
Los cinco meses que durará la vuelta al mundo en el Solar Impulse 2 estarán sembrados de escalas, cada varios cientos o miles de kilómetros. El mayor reto consistirá en cruzar los dos océanos, el Pacífico –que se surcará en dos tramos, desde China a Hawai y desde las islas hasta Estados Unidos – y el Atlántico. En estos trayectos el avión tendrá que funcionar durante varios días, a pleno sol y en noche cerrada.
Para hacer posible el reto, el Solar Impulse 2 cuenta con 17.000 paneles solares repartidos por todo su lomo y las alas. Para almacenar la energía dispone de un sistema de baterías densas de ion-litio, cuya misión consiste en sustentar el vuelo durante las horas nocturnas. Curiosamente la envergadura del aeroplano es mayor que la de un jumbo 747. Son 72 metros frente a 68,5 metros, si bien la comparación del peso está totalmente desequilibrada. El avión solar pesa 2,3 toneladas por las 300 de un modelo comercial.
El viaje ha empezado en Abu Dhabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, y la primera escala ha tenido lugar en Omán, a 400 kilómetros de distancia. El avión empleó 12 horas de vuelo para llegar a su destino. Y es que su velocidad media se sitúa en los 70 kilómetros por hora.
Dos pilotos llevarán el timón del Solar Impulse 2 alrededor del planeta, Andre Borschbeg y Bertrand Piccard, que se turnarán en la diminuta cabina del avión. Los pilotos han atendido a simulaciones previamente y los modelos por ordenador sugieren que es posible cruzar los océanos con las condiciones meteorológicas adecuadas. A pesar de todo el éxito rotundo del proyecto no está del todo claro. De lo contrario Piccard no lo habría llamado sueño.
Imágenes: Solarimpulse.com