Las interfaces cerebro-máquina no son dispositivos nuevos ni proyectos del futuro. Hace tiempo que se estudian en medicina con el fin de paliar algunas enfermedades relacionadas con el sistema motor o de tipo neurológico. Los científicos llevan años investigando cómo realizar una comunicación efectiva entre un dispositivo digital y el cerebro. Pero cabe predecir que la iniciativa de Elon Musk pondrá en el candelero de la primera plana a esta tecnología. Los primeros ensayos de Neuralink con humanos cada vez están más cerca. Es la dirección que lleva la compañía. A mediados de 2019, Musk anunció que los ensayos de Neuralink con ratones y con primates ya eran una realidad. La startup apuntó en aquella fecha que el próximo año le tocaría el turno a los primeros humanos. No resulta sorprendente teniendo en cuenta el ritmo al que desarrollan sus investigaciones. Hay que recordar que la fundación de la empresa tuvo lugar en 2016. Musk ha declarado en más de una ocasión, y de forma clara, que el objetivo último de Neuralink es fusionar máquinas y humanos. Una suerte de simbiosis entre la tecnología, caracterizada en forma de inteligencia artificial, computación, y las personas. Pero aún queda para llegar a esos niveles. Por ahora, cabe esperar que los ensayos con humanos ayuden a mitigar los efectos de trastornos neurológicos. La idea es tratar a pacientes cuya movilidad se ha visto reducida, por ejemplo. Para hacerlo, los ensayos de Neuralink tendrán que introducir sobre el cráneo de los pacientes un dispositivo que se conecta al cerebro. En total son 3.072 electrodos, que se distribuyen en 96 hilos, cada uno de los cuales tiene que ser introducido en una región del cerebro. Estas estructuras intercambian información con un módulo externo, que se sitúa cerca de la oreja. Se trata de una técnica invasiva, que requiere cirugía. Para llevarla a cabo la compañía ha diseñado un robot capaz de instalar seis hilos de electrodos por minuto. Un impulso a las interfaces cerebrales Las expectativas de Musk son futuristas en lo que respecta a los ensayos de Neuralink y a la propia iniciativa. No podía ser de otra forma, dado el carácter del emprendedor. Pero por ahora los objetivos de la startup más al alcance están en el apoyo a personas cuyos problemas neurológicos les dificultan la movilidad. Esto incluye desechar otras opciones en uso más engorrosas, que incluyen cables o la conexión permanente a un ordenador. Musk también ha señalado que un chip de Neuralink podría hacer que las personas oyeran sonidos fuera del rango de audición para un humano. Incluso ha afirmado que se podría escuchar música directamente con el dispositivo de la startup. Si bien otro de los campos donde puede servir de ayuda es al apoyar el control de los niveles de hormonas, para aliviar la ansiedad. Si bien para acercarse al fin último de Neuralink aún queda tiempo. Fusionar la inteligencia artificial con el cerebro no es algo que vaya a suceder mañana. De momento solo pertenece al terreno de la ciencia ficción. Por ahora, lo más cercano que tenemos a una inteligencia artificial personal son los asistentes virtuales, como Aura.

¿Soñará la Inteligencia Artificial con la evolución de las startups?

Muchos inversores se preguntan si la Inteligencia Artificial les sustituirá en la toma de decisiones. Sin embargo, nos puede ayudar a ahorrar tiempo y reducir el margen de error.

No sabemos si los androides soñarán o no con ovejas eléctricas, aunque igual la contestación se encuentra en la recién estrenada segunda parte de Blade Runner. Mientras buscamos respuestas, Ana Segurado, directora de inversiones de Telefónica Open Future_, y Arturo Moreno, consejero delegado de BigML, han tenido que hacer lo propio en el 2017 Lavca Summit Investor, celebrado recientemente en Nueva York, respecto a otra interesante pregunta: ¿Sustituirá el Machine Learning a los inversores en la toma de decisiones?

Ya han pasado once años desde que tuvimos noticias, por primera vez, de cómo una computadora, de nombre Deep Blue, era capaz de enfrentarse a Gary Kasparov, campeón del mundo de ajedrez, y, además, de vencerlo. Esa primera victoria mostró cómo una máquina era capaz de aprender, de tomar decisiones, de corregir estas, y de aplicarlas.

En este tiempo, la Inteligencia Artificial ha sido capaz de pilotar aviones de combate, de imitar con exactitud nuestra caligrafía, de componer música basada en grandes artistas, como es el caso de Daddy’s Car, canción pop basada en la música de los Beatles, o de escribir libros como ‘La luz solar se perdió en la ventana de cristal’, el primer libro de poemas escrito por IA, en concreto, por el célebre autor Microsoft Little Ice.

En estos 11 años el Machine Learning no ha hecho más que evolucionar y de extenderse a los distintos ámbitos, hasta el punto de proporcionar herramientas que son capaces de decidir si un banco debe o no conceder un préstamo personal o, incluso, si un inversor debería fijar su atención en una startup o, por el contrario, descartarla.

IA para garantizar una buena inversión

Preseries es una joint venture entre Open Future_ y BigML que usa datos públicos y privados de startups para encontrar patrones de comportamiento que ayudan a prever qué empresas serán exitosas y así garantizar una inversión potencial. Pero no es únicamente una herramienta que sirve para que los inversores identifiquen compañías en las que invertir, sino también para que realicen análisis sobre sus empresas del portfolio.

En Sillicon Valey, los inversores más reputados (Sequoia, Social Capital, etc.) ya utilizan herramientas de Machine Learning, y Preseries pone estas capacidades al alcance de cualquier inversor a una fracción de su coste. Es así una solución que forma parte del punto más alto de la evolución de la Inteligencia Artificial y que nos lleva de vuelta a la pregunta inicial: ¿sustituirá el Machine Learning a los inversores en la toma de decisiones?

“Sustituir” quizá sea una palabra muy gruesa, ya que, como se explicó en la reunión de Lavca frente a los inversores citados, la intuición es un componente que no siempre está formado por criterios objetivos y cuantificables. Y del mismo modo en que Deep Blue, el ordenador que fue capaz de derrotar al mismísimo Kasparov, no puso fin a las partidas y disputadas entre humanos, la Inteligencia Artificial ha llegado al mundo de la inversión para aportar valor y complementar, no para sustituir al factor humano.

¿Sustituirá a los inversores?

Ha llegado para reducir los tiempos de los análisis, ya que capaz de realizar cálculos a partir de unos parámetros a una velocidad y con una precisión inalcanzables para la mente humana (maneja y relaciona datos consolidados y modelos predictivos de más de 300.000 compañías, más de 145.000 rondas de financiación, más de 6.000 ofertas públicas, más de 20.000 adquisiciones y más de 6.000 compañías cerradas), lo cual aporta a los inversores una información de gran valor que deben de tener muy en cuenta en sus decisiones, para las cuales, en muchas ocasiones, no disponen de demasiado margen de tiempo.

Y también ha llegado para que dichos inversores, además de ahorrar tiempo, puedan manejar en estas delicadas decisiones muchos más factores y variables que lo que hacen habitualmente, lo cual les sirve para minimizar el margen de error.

En definitiva, se trata de una herramienta que ha de ser muy seriamente tenida en cuenta, que no pretende sustituir a nadie, si acaso sumar conocimiento y minimizar márgenes de error en la toma de decisiones, que seguirán siendo parte de las tareas humanas.

Y una nota de actualidad para concluir: Preseries convoca en Boston, dentro de la 4ª edición de la conferencia internacional de Aplicaciones Predictivas y APIs, PAPIs’ 17, la séptima batalla de startups basadas en Inteligencia Artificial. Para esta batalla se han elegido a varias startups que presentarán sus proyectos en el escenario.

Cada una de ellas tendrá cuatro minutos para explicar su negocio y, a continuación, el algoritmo de PreSeries les hará una serie de preguntas con el objetivo de dar una predicción de 0 a 100. La empresa que obtenga la nota más alta, gana el concurso. PreSeries basa su predicción en los extensos modelos predictivos entrenados con los datos arriba mencionados.

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