En el fin del mundo, entre Noruega y el Polo Norte, se encuentra el archipiélago noruego Svaldbard. Dicen que el silencio es la voz de esta tierra y que te sentirás como un verdadero “guiri” entre osos polares.
Svaldbard significa “costas frías” y no nos puede sorprender, pues su temperatura media en invierno no supera los -14ºC, y en verano rara vez se mantiene por encima de los 6ºC. Pero claro, estamos literalmente en el Polo Norte, donde los zorros árticos, los osos polares y el reno de Svaldbard superan en número a los humanos.
La comunidad más al norte del mundo
A tan solo 1.300 kilómetros del Polo Norte se encuentra Longyearbyen, la mayor población del archipiélago y donde sus habitantes están obligados a ir a Oslo para descansar en paz, ya que, tras varios estudios, se dieron cuenta de que los cuerpos no se descomponían. Así, se podría decir que «está prohibido morirse».
El Gobernador vive en esta pequeña población, junto a unos 2.100 habitantes, entre los que viven noruegos, principalmente, aunque sus ciudadanos provienen de hasta más de 50 países diferentes.
Además de Longyearbyen, Barentsburg y Pyramiden son otros 2 de los asentamientos más importantes de Svaldbard. Aunque si hay una zona que destaca esa es Ny-Ålesund, que sirve como base internacional para la investigación del Ártico y para el monitoreo ambiental.
En terreno de osos polares
Estos animales en peligro de extinción tienen su propio espacio en el archipiélago, por ello, es probable que te puedas encontrar con uno más cerca de lo que hubieras imaginado y deseado.
Los habitantes son conscientes de que forman parte de un entorno natural salvaje, en el que ellos son únicamente unos invitados en el reino de los osos polares. Aun así, como medida de protección, está permitido llevar armas de fuego por si en algún momento necesitaran disparar por defensa propia.
Tanto es así, que se considera un acto criminal perseguir, molestar o dar de comer a un oso polar. Estos animales pueden atacar muy rápido y sin aviso, por ello es altamente recomendable visitar el archipiélago con tours organizados.
¿Lo más importante? La sostenibilidad del entorno
Además de respetar la fauna, todos los visitantes de Svaldbard deben tener especial cuidado con la flora, ya que es extremadamente vulnerable dadas las bajas temperaturas. Toda su vegetación está protegida, por lo que está prohibido llevarse cualquier muestra de ella.
Aunque la caza común y la de ballenas han sido actividades habituales en esta zona, actualmente, prima la sostenibilidad.
Por ello, casi dos tercios de su superficie están protegidos, entre los que destacan 3 reservas naturales, 6 parques nacionales y 15 santuarios de aves.
