Aquellos que ajusten su consumo a las horas que van desde las 22:00 (23:00 en verano) a las 12:00 (13:00 en verano) pueden beneficiarse de la tarifa eléctrica con discriminación horaria.
La tarifa eléctrica con discriminación horaria cada vez es más conocida como una opción entre los consumidores. Hay quien la utiliza como forma de ahorro energético, pero los precios y los horarios no convienen a todo el mundo. Depende del tipo de uso que se le den a los electrodomésticos y al hogar en general. Eso sí, antes de contratar esta tarificación será necesario colocar un contador especial para que la compañía eléctrica pueda determinar las horas a las que se consume. Además, si el edificio tiene más de 20 años la instalación eléctrica tiene que pasar una revisión oficial.
Todos aquellos que tengan una potencia contratada de menos de 10 KW (algo normal en un hogar) pueden optar a la tarifa eléctrica con discriminación horaria. Muchos han visto en esta opción una forma de ahorrar en la factura de la luz, pero no siempre es fácil saber si conviene o no cambiar la tarifa.
Horarios
Son dos horarios los que ofrece esta tarifa alternativa. Uno de ellos es la franja valle, donde la electricidad es más barata, y el otro es la franja punta, en que las horas son más caras. Una segunda opción dentro de la tarifa eléctrica con discriminación horaria incluye un tercer horario, la franja supervalle, algunas horas de madrugada que serían las más baratas.
Pero lo principal son las primeras dos franjas. El periodo valle empieza a las 22:00 en invierno, (en verano a las 23:00) y termina a las 12:00 en invierno (a las 13:00 en verano). Las horas más caras, la franja punta, llenan el resto del día, de las 12:00 a las 22:00 en invierno (en verano de las 13:00 a las 23:00).
En el futuro está previsto que haya un precio a cada hora, es decir, 24 precios distintos para cada día. Pero la diferenciación entre estas dos franjas permanecerá. Como referencia se puede decir que para ahorrar con la tarifa eléctrica con discriminación horaria más de un tercio del consumo energético tiene que entrar dentro de la franja valle.
Conveniencia
A partir de aquí cada uno tiene que reflexionar sobre su consumo energético. El cambio de tarifa favorece sobre todo a aquellos que tengan acumuladores, pues pueden llenarlos en la franja valle para desplegar la electricidad en la franja punta. De esta manera se estaría comprando el KW barato y usándolo en los horarios caros. Estos sistemas podrían nutrir de día la calefacción y calentar el agua.
Las viviendas que tienen calefacción eléctrica también pueden aprovechar esta tarifa si no hay ninguna persona durante las horas centrales del día. En el uso de los electrodomésticos y aparatos eléctricos ya hay que hacer más equilibrios. Será necesario ajustar los horarios para poner la lavadora, el lavavajillas por la noche, cocinar por la mañana temprano o, de nuevo, por la noche.
Pero hay que pensar que para la mayoría de la gente esto supone un trastorno de sus rutinas diarias. Usar los electrodomésticos por la noche significa hacerlo a partir de las 22:00, o de las 23:00 en verano. Y después de poner la lavadora hay que tender la ropa. Preparar la comida (uso de vitrocerámica, horno) también habría que ajustarla a este horario, que por otra parte parece algo tardío para cocinar la cena. El televisor, que no consume tanto como los electrodomésticos de la cocina pero se usa más tiempo, deberá estar activo sobre todo a partir de las 22:00 o las 23:00, según corresponda.
Tampoco se trata de hacerlo todo en el horario valle, pero hay que ser conscientes de cuándo usamos los electrodomésticos, pues la factura podría incrementarse de forma notable si se utilizan en la franja punta. Normalmente es difícil asegurar si la tarifa eléctrica con discriminación horaria conviene o no a un hogar, pero lo que sí parece claro es que cuando alguna de las personas que viven en él permanece en casa en las horas centrales del día no es la opción apropiada. Todo lo contrario ocurre con aquellos que trabajan hasta altas horas o que tienen turnos en los que salen tarde del trabajo.
Imágenes: Diego Dalmaso Martins y Gordon Ross