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Descubren una técnica para mejorar a nivel nanoelectrónico

La nanoelectrónica tiene ante sí una puerta nueva para experimentar. Con esta investigación se comprime la luz y se aumenta su intensidad para ganar en rendimiento.

Una de las tendencias en dispositivos electrónicos que más tiempo lleva funcionando es la reducción del tamaño. Desde las primeras computadoras que ocupaban salas enteras, se ha llegado a terminales móviles en los que se pueden introducir capacidades superiores a las que tenían los ordenadores personales de hace sólo unos años. Sin embargo, ya han empezado a surgir voces que hablan de la proximidad de los límites físicos existentes con las técnicas actuales. Una investigación conjunta de varios centros ha buscado nuevos caminos para seguir avanzando en la nanoelectrónica.

Diferentes equipos de trabajo de la Universidad de Minnesota, el Argonne National Laboratory (en Chicago) y la Universidad Nacional de Seúl han publicado en la revista Nature Communications una investigación relativa al uso de nanoestructuras, que permitiría evolucionar los dispositivos eléctricos y ópticos. Una disminución de tamaño y una mayor eficacia son las cualidades que aporta este descubrimiento a la electrónica.

Han trabajado a nivel atómico con una técnica que han bautizado como atomic layer lithography (algo así como litografía sobre capa atómica). Usándola es posible construir sensores extremadamente pequeños con una sensibilidad superior a los estándares actuales. Uno de los conductores de la investigación, el profesor de Ingeniería Informática y Eléctrica de la Universidad de Minnesota, Sang Hyun Oh, ha hecho hincapié en el mundo de posibilidades que abre este trabajo para experimentar a un nivel de nanoescala.

Tecnología punta y una cinta adhesiva

La investigación sienta las bases para una forma de trabajar en nanoestructuras aplicables a la electrónica y lo hace de un modo peculiar, pues uno de los problemas con los que se encontraron los científicos ha sido resuelto con cinta adhesiva de la marca Scotch Magic.

El objetivo era crear agujeros o surcos muy pequeños en una capa de metal y pasar este moldeado a una superficie delgada de silicio. Estos huecos se grabaron a nanoescala con el fin de que la luz se apretara y aumentara de densidad al atravesarlos. Los surcos tienen una anchura cientos y miles de veces más pequeña que el tipo de onda lumínica que se utiliza.

Cuando la luz pasa a través de estos canales diminutos se intensifica. En este caso se han alcanzado intensidades 600 millones de veces superiores a lo acostumbrado. Pero aún quedaba una cuestión. Para grabar los huecos se superpusieron capas de metal con una anchura de un nanómetro. De éstas había que desprender el material sobrante para crear los agujeros y tras algunos frustrados intentos la solución vino de manos de una cinta adhesiva que resultó ser imprescindible para completar la investigación.

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Imagen superior: splorp

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