Neurocientífico

Qué hay de la tecnología que quiere colarse en nuestra cabeza

Existen formas de estimular nuestro cerebro de manera orientada, lo que podría traducirse en un cambio de humor, pero no todos los neurocientíficos están convencidos.

Uno de los campos que se encuentra en la punta de lanza de la tecnología es la inteligencia artificial. Esta disciplina tiene dos ámbitos básicos. Uno de ellos consiste en el estudio del cerebro mediante modelos, se simulan las conexiones neuronales para intentar discernir cómo funciona este complejo órgano. El otro consiste en la creación de sistemas que imiten las formas de actividad cerebral que conocemos (hasta donde puedan). En medio de estas dos inquietudes se encuentran la estimulación del cerebro dirigida.

A medida que avanza la tecnología han ido surgiendo formas de estimular el cerebro de manera controlada a través de electrodos. Estos dispositivos se colocan lo más cerca posible del órgano y emiten señales eléctricas que se transmiten a las neuronas y se convierten en impulsos nerviosos. Este proceso ha sido estudiado por empresas como Thync, una startup que ha construido electrodos capaces de estimular el cerebro ejerciendo el control desde un smartphone.

Su sistema no equivale ni mucho menos a controlar la mente de otra persona, pero los responsables de Thync sí se han propuesto modificar la situación anímica con una descarga. Basta con que un usuario lo ordene desde su smartphone para que los electrodos lancen a su cerebro una pequeña avalancha. Los creadores lo comparan con la ingesta de una lata de bebida energética, por ejemplo.

¿Qué dicen los neurocientíficos?

El sector de los neurocientíficos parece estar dividido sobre la eficacia de estos dispositivos de estimulación. Thync ha sido fundada por expertos en neurociencia de las universidades de Stanford, Harvard y el MIT. Sin embargo, otros como el doctor Matt Wall, del centro científico Imanova, en Londres, opina que es difícil evaluar estos productos por el momento.

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“Mi instinto natural con esto es ser escéptico y cauteloso. Es cierto que puedes conseguir efectos fiables con dispositivos como estos en el laboratorio, y de alguna forma pueden ser capaces de ‘mejorar’ el rendimiento, pero los efectos generalmente son reducidos”, explica en declaraciones a la BBC.

Los productos que están surgiendo bajo la promesa de que estimulan el cerebro no son vistos con buenos ojos por el doctor Wall, quien piensa que se está viviendo un boom más entusiástico que otra cosa al respecto. Por el momento los dispositivos como el que promete Thync –que no desvelará gran cosa sobre su creación hasta que no la presente– están en una fase primitiva, pues la tecnología aún se está optimizando. Queda por ver qué caminos tomará en el futuro, aunque una posibilidad que no se descarta es su utilidad para tratar cierto tipo de trastornos mentales, como el déficit de atención por hiperactividad.

Imágenes:  Grey cells y  Andrew Mason

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