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Las doce grandes tendencias globales según Adrian Done

Bienaventurados los que buscan una visión completa de lo que ocurre en el mundo, porque ellos serán quienes sobrevivan.

El pasado mes de diciembre tuvimos a Adrian Done, profesor de IESE Business School, en una conferencia de eKISS. Nos gustaría compartir con vosotros algunas reflexiones sobre esta interesante conferencia en la que Adrian nos invitaba con entusiasmo a dedicar más tiempo de nuestra agenda a pensar en las grandes líneas que regirán el futuro de nuestro mundo, así como los retos y oportunidades que pueden suponer para nosotros.

Para motivarnos, Adrian utiliza la siguiente estadística: menos de una de cada cinco de las mayores empresas sobrevive más de 40 años. Desde los años 60 hasta el fin del siglo XX, un 19% ha sobrevivido en su forma original durante esos 40 años, mientras que dos tercios de las compañías han desaparecido o bien ya no existen en su forma original. Según Adrian, la razón detrás de este resultado es la falta de (pre)visión de esas grandes tendencias que en su momento supusieron una disrupción. De ahí su (pre)ocupación por identificar esas líneas para, en la medida de lo posible, gestionar el encuentro con determinados Cisnes Negros.

¿Y cuáles son esas grandes líneas y su impacto? Adrian Done ha agrupado las tendencias en doce (un número, todo hay que decirlo, de gran carga simbólica e incluso profética) después de una investigación que le ha llevado más de dos años.

La primera se refiere a las repercusiones de la crisis, al impacto del nivel actual de deuda. Para acercarlas más, “humaniza” una cifra: la deuda griega per cápita, unos 36.411 dólares. El mismo ejercicio resulta para la segunda tendencia, los cambios de poder geopolítico. Adrian se pregunta de dónde viene el poder de los países. La respuesta es clara: del PIB, del porcentaje de contribución al PIB mundial. En 2007, EEUU tenía el 21% del PIB mundial, China estaba ligeramente por encima del 10% y Europa sumaba en torno a un 12%.

Crisis

En 2014, las predicciones dicen que EEUU se reducirá hasta el 18%, China estará por encima del 15% y Europa tan sólo sumará un 9%. Es evidente el cambio de dirección. De hecho, estimaciones recientes prevén que a mediados de 2020 China e India superarán a EEUU y Europa. Se trata de un nuevo mundo donde el poder residirá en los BRIC y más allá.

Tercera tendencia: cambios tecnológicos. Por un momento, Adrian nos hace soñar sobre cómo será el mundo cuando la impresión 3D, los exoesqueletos y los medicamentos anti-edad formen parte de nuestra vida cotidiana –o la de nuestros hijos o nietos. Todas estas nuevas tecnologías (y muchas otras que ni siquiera podemos imaginar), que ya existen en un laboratorio y sólo necesitan dar un salto para llegar al mercado masivo, tendrán un gran impacto en nuestras vidas. ¿Positivo o negativo? Es muy posible que en este punto nos embargue el optimismo, pero no es así cuando pensamos en el cambio climático ni en la falta de agua y alimentos (cuarta y quinta tendencias).

El calentamiento global es un hecho, así como los alarmantes niveles de CO2. Los científicos dan un 50% de probabilidad a que las temperaturas suban 5 grados en un futuro próximo. No parece mucho, pero si tenemos en cuenta que la temperatura actual es tan sólo 5 grados superior a la que había en la última edad de hielo sí da qué pensar. Íntimamente relacionada con esta cuestión está la agricultura, que representa el 70% del uso mundial de agua, esto es, menos agua, menos comida, mayores precios.

Sexta tendencia: educación. Cifra: el 16% de los adultos en el mundo no sabe leer. Y lo más preocupante de todo es que la mayoría de estos adultos están en los países que dirigirán el mundo en los próximos años. Pensemos ahora en los cambios demográficos: en 2050 el crecimiento de la población se estabilizará con unos 9.500 millones de personas. Un aumento del nivel de población supone una presión adicional sobre los recursos, pero una disminución tampoco es necesariamente positiva, puesto que afecta negativamente a la estructura de la pirámide de población que, según Adrian, se convierte en un “ataúd poblacional”, con una reducción del número de trabajadores por persona de edad avanzada.

eLearning en la universidad de Stanford

Guerras, terrorismo y agitación social. Otra cifra que habla por sí misma: casi de la mitad de las guerras (en términos de número de muertos) ha tenido lugar en el siglo XX. ¿Qué ocurrirá con la seguridad en este nuevo siglo? Las tendencias expuestas hasta ahora constituyen motivos para iniciar una guerra. Al igual que la siguiente: oferta de energía. El 35% de la energía mundial proviene del petróleo. Si le sumamos el gas natural y el carbón, esto es, toda la energía proveniente de fósiles, el porcentaje asciende a casi el 90%. ¿Y dónde están las principales reservas? En Arabia Saudí, Irán, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela, Rusia, Libia, Kazajistán y Nigeria. Parece haber cierta correlación entre la inestabilidad y la localización de la energía.

Tendencia décima: ecosistemas y biodiversidad. Adrian menciona aquí el Índice del Planeta Vivo (Living Planet Index), que mide el número de especies en la Tierra y su evolución. Lo cierto es que desde los años 70 el índice ha decrecido un 30%, esto eso, hay un 30% menos de especies desde entonces. Y otro dato, esta vez relacionado con la huella humana. Actualmente, los recursos que necesitamos y los residuos que generamos equivalen a 1,4 planetas. A este ritmo, en 2050 estaremos utilizando 2 planetas, lo que resulta claramente insostenible.

Salud: algo que todo ser humano contempla, aunque sea porque está destinado a envejecer. Las enfermedades crónicas van en aumento y las infecciosas están desapareciendo, pero muchos científicos sostienen que es simplemente una cuestión de tiempo que empiecen las pandemias.

Y la duodécima y última tendencia: desastres naturales. Cada vez hay menos gente que muere por esta causa, pero al mismo tiempo, cada vez hay más gente afectada.

La forma que tiene Adrian de presentar sus tendencias es innovadora y eficaz para su objetivo, que es no dejarnos impasibles en el asiento. Ahora bien, tras el ejercicio, Adrian enseña todas las cartas y confiesa que en el mundo de los negocios uno no debería ser optimista o pesimista (algo más relacionado con las emociones), sino realista y, por tanto, es nuestra misión encontrar un equilibrio en estas supuestas amenazas.

Una segunda conclusión, tan contundente como alentadora para nosotros, es que uno de los sectores más optimistas respecto a lo que suponen estas tendencias para nuestro futuro es (¡sí!) el de las telecomunicaciones. Lo que eso significa es que las telecos son capaces de ver oportunidades donde otros no las ven, y esa es una gran noticia.

En realidad, Adrian Done anima al optimismo. Se trata de descubrir las oportunidades que nos están esperando en forma de tendencias globales. Ahora hay que dedicarles un poco de tiempo. Bienaventurados los que piensan.

Imagen: Adrian Done, Crisis

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