Cada minuto muere un niño en África de malaria. Detectar antes la enfermedad es fundamental para avanzar y mejorar los tratamientos. Un nuevo test diagnóstico es capaz de determinar la infección en cuestión de minutos.
La malaria, también conocida como paludismo, es una enfermedad causada por parásitos del género Plasmodium, a través de la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2012 se identificaron 207 millones de nuevos casos de malaria, que produjeron la muerte de más de 600.000 personas en todo el mundo.
La mayor parte de estos fallecimientos afecta a niños del continente africano. La incidencia de la malaria allí es tan grave que la propia OMS muestra un dato realmente escalofriante: cada minuto muere un niño en África de paludismo. Mejorar las herramientas para prevenir, diagnosticar y tratar esta enfermedad es fundamental para ganar la batalla a la malaria.
Generalmente, el diagnóstico de casos positivos de malaria se realiza mediante un examen microscópico, en el que se determina la infección en la sangre del paciente. Este análisis es considerado como el ‘estándar de oro’ en la práctica clínica, pues es la prueba confirmatoria de que la persona sufre paludismo. Sin embargo, debe ser realizado por personas con una formación técnica importante, y además depende de la calidad de los reactivos usados y del microscopio utilizado.
Aunque el diagnóstico de malaria ha avanzado mucho en los últimos años, los kits disponibles no han demostrado la suficiente eficacia como para ser capaces de sustituir a la prueba de detección microscópica clásica. Se requieren, por tanto, de nuevos avances en el diagnóstico de la enfermedad. Cuando antes se detecte, mayor será la eficiencia de los tratamientos y la posibilidad de salvar la vida de los pacientes afectados.
Un nuevo test, desarrollado por bioingenieros del Singapore-MIT Alliance for Research and Technology Centre, ha demostrado un potencial prometedor en el diagnóstico temprano de malaria. Sus resultados, publicados en la revista Nature Medicine, muestran que el sistema implementado es capaz de detectar casos positivos en cuestión de minutos, y con una menor tasa de error que los kits convencionales.
Este nuevo método se fundamenta en el diagnóstico magnético, y requiere de una pequeña gota de sangre del paciente (aproximadamente, 10 microlitros). El dispositivo, basado en la espectroscopia por resonancia magnética nuclear, detecta al parásito cuando su concentración en sangre es de 10 células infectadas por microlitro. El análisis microscópico sólo es capaz de diagnosticar un caso positivo cuando la concentración supera las 50 células infectadas.
Su eficiencia, sin duda, es uno de los grandes atractivos de este nuevo método. Además, el test desarrollado puede ser realizado por personas sin experiencia clínica, lo que ayudará a mejorar la detección de malaria en regiones menos desarrolladas. Como explicaban desde Naciones Unidas, uno de los objetivos del milenio debe ser acabar con el paludismo. La ciencia, sin duda, será fundamental para lograrlo.
Imágenes | Ed Uthman (Flickr), Jim Gathany (Wikimedia), Gates Foundation (Flickr)