Gracias a las conexiones WiFi podemos acceder a Internet desde cualquier dispositivo conectado. Sin cables y a grandes velocidades. Sin embargo, aunque las versiones más recientes de la tecnología WiFi ofrecen velocidades asombrosas, hay quien defiende el uso de los cables de red o cables Ethernet. Puede que no sean tan estéticos como la conectividad sin cables pero ofrece transferencias de datos muy altas y estables.
Sin embargo, aunque todos los cables de red nos parezcan iguales, en realidad los hay de muchos tipos. Y dependiendo de la velocidad que necesitemos, entre otros factores, tal vez nos convenga fijarnos bien en qué cable de red tenemos conectado a nuestro router. Toda ayuda es poca para obtener el máximo de nuestra fibra óptica.
Una simple búsqueda en una tienda online nos da algunas pistas de qué debemos tener en cuenta cuando analizamos un cable de red o necesitamos comprar uno para nuestra casa u oficina. La longitud es algo obvio, dependiendo de la distancia entre el router y el dispositivo a conectar. Pero lo más importante, en segundo lugar, son las categorías. Y conocer la categoría de un cable de red nos dirá con qué velocidades de transferencia de datos puede trabajar.
Las velocidades de los cables de red
El gigante de la informática IBM explica en un documento didáctico que “la velocidad de la transferencia de datos está limitada por el tipo de conexión, el cableado y las velocidades máximas que puedan soportar el sistema y el interlocutor de enlace”. Es decir, que “el tipo de cable utilizado limitará directamente la velocidad a la que podrá transmitir y recibir datos”.
Si tenemos contratada una línea de fibra óptica de 300MB, 600MB o 1GB, obviamente vamos a querer aprovechar ese ancho de banda en todos nuestros dispositivos conectados. En especial si lo necesitamos para tareas como el juego online o ver contenido por Internet en calidad 4K UHD sin cortes ni cambios en la calidad de la imagen.
Técnicamente hablando, los cables de red ofrecen velocidades que van desde los 10 Mbps hasta los 10 Gbps. Sin embargo, hoy en día los cables de red que podemos adquirir en cualquier tienda o comercio admiten un ancho de banda desde los 100 Mbps a los 10 Gbps. Si vamos a jugar en una red local, por ejemplo, esos 10 Gbps serían perfectos.
Cables de red y las categorías disponibles
Volviendo a las búsquedas online, si buscamos cables de red en cualquier tienda, nos encontraremos principalmente con tres categorías diferenciadas por su número: categoría 6 o CAT 6, categoría 7 o CAT 7 y categoría 8 o CAT 8. Pero todavía podemos encontrar la categoría 5 e incluso las categorías intermedias 5e, 6a y 7a.
A simple vista, los cables de distintas categorías son iguales. Todos tienen los conectores RJ45 con ocho contactos. Y una lengüeta para facilitar su expulsión cuando están conectados. Así que para saber de qué categoría es un cable de red tendremos que fijarnos en la inscripción del propio cable.
Normalmente, nos indica el nombre del fabricante, el tipo de cable (plano, trenzado, etc.) y, finalmente, la categoría del mismo. También ayudan las pegatinas que incluyen algunos fabricantes y la información del envoltorio. Sin embargo, cuando tratamos con cables de red antiguos, la cosa puede complicarse.
Conocer la categoría del cable de red es importante porque nos dirá la velocidad máxima que alcanza y el ancho de banda máximo.
Categorías de cable | Velocidad máxima | Ancho de banda máximo |
Categoría 5 | 100 Mbps | 100 MHz |
Categoría 5a | 1 Gbps | 100 MHz |
Categoría 6 | 1 Gbps | 250 MHz |
Categoría 6a | 10 Gbps | 500 MHz |
Categoría 7 | 10 Gbps | 600 MHz |
Categoría 7a | 10 Gbps | 1 GHz |
Categoría 8 | 40 Gbps | 2 GHz |
Protección ante interferencias de los cables de red
Hemos hablado de longitud y de categoría. Esto último influye en la velocidad y ancho de banda que obtendremos. Pero hay más cosas en las que podemos fijarnos cuando vamos a elegir un cable de red para conectar nuestros dispositivos a Internet o en una red local. Por ejemplo, ¿es de buena calidad? O dicho de otra forma: ¿se romperá fácilmente?
Por su aspecto externo, podemos encontrar dos tipos de cables de red. Los planos, que ocupan menos espacio y son más fáciles de guardar o de ocultar. Y los clásicos redondos, que podemos encontrar cubiertos con plástico o con otros materiales como algodón trenzado. Pero lo importante es su interior. Y se pueden clasificar de la siguiente manera:
- UTP o Par trenzado no apantallado (UTP – Unshielded Twisted Pair)
- FTP o Par trenzado con pantalla global (FTP – Foiled Twisted Pair)
- STP o Par trenzado apantallado (STP – Shielded Twisted Pair)
- SFTP o Par trenzado blindado y apantallado (SFTP – Shield Foiled Twisted Pair)
El cable de red UTP es el más sencillo. No tiene ninguna protección. Son más baratos pero, por contra, no son recomendables para largas distancias. El cable de red FTP tiene blindaje ante interferencias y una impedancia de 120 Ohmios. El cable de red STP también está blindado y tiene una impedancia de 150 Ohmios. Finalmente, el cable de red de tipo SFTP es el más caro, ya que tiene más protección y blindaje. Ideal para conexiones de gran recorrido.
¿Con qué cable debería quedarme?
Una vez sabemos en qué fijarnos para diferenciar los cables de red entre sí, toca elegir cuál es mejor para nosotros. Obviamente, la última decisión es tuya. Y dependerá de qué necesitas. Si ya tienes un cable de red en casa y quieres aprovecharlo, si vas a colocar el cable por fuera o dentro de una pared o regleta, la distancia entre el router y el dispositivo a conectar, el presupuesto que tengas…
Para una conexión sencilla, de un televisor, videoconsola u ordenador dentro de la misma estancia, el cable de red más simple es más que suficiente. A partir de ahí, dependerá de los factores anteriores (distancia, velocidad deseada, tipo de instalación) para optar por una categoría u otra o por un tipo de protección más económico o más caro.