nanofibras

Transformar el dióxido de carbono en útiles nanofibras ya es posible

Las nanofibras de carbono, que pueden emplearse en dispositivos electrónicos y baterías, pueden producirse a partir del dióxido de carbono atmosférico.

El dióxido de carbono es la principal fuente de emisiones de gases invernadero. Sólo en 2013, el 82% de los gases producidos a la atmósfera por Estados Unidos correspondían al CO2, fruto de la quema de combustibles fósiles y del ciclo natural del carbono. Una nueva investigación, realizada en la Universidad de Washington, podría transformar este peligroso gas en nanofibras de carbono, útiles en la fabricación de componentes electrónicos y baterías.

Convertiríamos así un problema fundamental para el medio ambiente, relacionado con el calentamiento global y el cambio climático, en una materia prima excepcional para una industria en crecimiento. Para conseguirlo, los científicos norteamericanos desarrollaron un sistema con sales derretidas capaces de absorber el dióxido de carbono del aire. Mediante el empleo de la energía solar para impulsar el dispositivo, los investigadores obtuvieron 10 gramos de nanofibras de carbono por hora.

nanofibras

Las nanofibras son en realidad un material costoso de producir, según explicaron los científicos a la BBC. Mediante esta ingeniosa idea, podríamos por tanto abordar dos problemas: el aprovechamiento del dióxido de carbono atmosférico y la producción de nanofibras de carbono.

De acuerdo a Stuart Licht, investigador de la Universidad de Washington, el dispositivo podría ser escalado fácilmente y así aumentar la producción de un material muy interesante en el sector de la electrónica. Aunque el escalado del sistema parece el paso lógico de esta investigación, no todos los científicos coinciden con los hipotéticos resultados de este proyecto.

Aunque en el laboratorio la producción de nanofibras de carbono parece sencilla y rentable, algunos investigadores apuntan que su fabricación a gran escala debería lidiar con grandes volúmenes gaseosos. Este aspecto encarecería el proceso de aprovechamiento del dióxido de carbono, lo que dificultaría a su vez la producción de nanofibras.

nanofibras

El equipo de Licht deberá ahora probar que los resultados obtenidos en el laboratorio podrían escalarse a volúmenes más grandes. De conseguirlo, nos encontraríamos ante un sistema que abarataría la fabricación de nanofibras de carbono y que a la vez solucionaría un grave problema medioambiental.

La aproximación realizada desde la Universidad de Washington es, sin duda, sorprendente. Pocos imaginarían que el dióxido de carbono, en buena medida responsable del cambio climático, podría servirnos para producir un material tan interesante en el futuro de los dispositivos electrónicos. Sólo el tiempo dirá si finalmente los objetivos de este proyecto de I+D se convierten en realidad.

Imágenes |  CECAR (Flickr), BBC

Sobre el autor

RELACIONADOS

GPTs Custom

Cómo hacer GPTs Custom

Hace unos meses, OpenAI presentó una nueva función para ChatGPT, el popular chatbot de la compañía que funciona gracias a GPT-4, su modelo de...