La semana pasada estuve en la primera conferencia del ciclo “Empresa 2020, los retos de las organizaciones” organizado por Fundación Telefónica. Allí asistimos a la ponencia de Genís Roca, que nos sirvió para tomar conciencia del momento realmente revolucionario que nos ha tocado vivir; seguida de una mesa redonda con Pío Cabanillas, Director General de Imagen Corporativa y Marketing Global de Acciona, y Alex Cruz, CEO de Vueling.
Me encantó escuchar cómo, al ser preguntado por el moderador sobre cómo estaba influyendo la revolución digital en sus empresas, Alex Cruz comentó que antes cuando hablaba en público y veía al auditorio con sus teléfonos pensaba: “¡qué maleducados!”, sin embargo, ahora entiende que debería haber aún más personas cacharreando. Además sabe que no sólo pueden estar tuiteando, sino contrastando si lo que se dice es verdad. También se refirió a cómo impacta esto sobre los negocios porque obliga a ser absolutamente transparentes, a que haya una sintonía total entre los mensajes internos y externos porque es lo correcto y porque, además, hay mecanismos que te mantienen en vilo y te obligan a ello.
Como anécdota, comentó que en Vueling incluso han introducido un curso sobre redes sociales para comandantes. “Esto nos hace mejores personas, empresas y sociedades. Nos cambia y determina nuestras actitudes” dijo.
De la intervención de Pío Cabanillas me quedo con su apreciación de que “en el mundo digital no hay certidumbres y esto va a ser así siempre. Y ésa es la gracia, lo que va a moverlo todo.” Posteriormente, contrastó esto con el carácter del directivo, de quien bromeando dijo que no tiene remedio y calificó de “una especie en extinción». Señaló que hay que enfrentarse al mundo digital con una mentalidad abierta, así como lo malo que resulta la existencia de una brecha cada vez mayor entre las nuevas generaciones multitareas y la incapacidad potencial progresiva de los seres analógicos que se visten de digitales. «El directivo tampoco es modesto –dijo- y el mundo digital sí». En el mundo digital no se quiere la propiedad de las cosas, se trata de compartir, de usar servicios de alto valor.
Precisamente a la pregunta del moderador de cómo les había cambiado el mundo digital, Pio lo asimiló a una cura de humildad. “Hay algo en todo esto que te pone en tu sitio y tu sitio es bastante más debajo de lo que tú te creías y también te provoca un mayor respeto por los más jóvenes porque tu hija de 10 años es capaz de reconfigurarte el iPad y esto, extrapolado, ocurre igual en la empresa».
Tanto Alex como Pío destacaron la importancia del binomio tecnología/personas porque la naturaleza y las necesidades humanas siempre han estado y van a seguir ahí, y por ello hacen falta empresas que presten servicios, que ofrezcan soluciones más allá de vender productos, y eso el mundo digital lo facilita enormemente.
Como rezaba la presentación del ciclo, “la digitalización crea nuevas relaciones, nuevas oportunidades y llega incluso a redefinir el modelo de negocio de algunas industrias. Entender el cambio digital, su tempo y sus consecuencias es crítico para el futuro de las organizaciones.”
