Científicos de la UAB han descrito una nueva bacteria que podría servir en el tratamiento del cáncer de vejiga, según los resultados obtenidos en ratones.
Las bacterias son microorganismos que solemos relacionar con la aparición de enfermedades. Ese es el caso de la difteria, el tétanos, la lepra o la tuberculosis. En los últimos tiempos, el estudio del microbioma nos ha ayudado a entender el papel clave que juegan estos microbios en el mantenimiento de nuestra salud. Un ejemplo de este doble papel lo encontramos en Mycobacterium bovis, una bacteria empleada en la lucha contra el cáncer.
También conocido como bacilo de Calmette-Guérin (BCG), este microorganismo ha sido utilizado como vacuna contra la tuberculosis. Posteriormente, los científicos vieron que Mycobacterium bovis podría ayudar como tratamiento contra el cáncer de vejiga, en forma de inmunoterapia que active el sistema inmunológico de los pacientes para que luchen contra las células tumorales.
De este modo la bacteria se convirtió en un sistema idóneo para combatir el considerado como cuarto tumor más frecuente en hombres y undécimo en mujeres. El gran problema de usar este organismo vivo, sin embargo, se centraba en la aparición de numerosos efectos adversos e infecciones, que debían tratarse con fármacos antituberculosos. La ventaja de esta bacteria contra el cáncer era que prevenía la aparición de nuevos tumores.
¿Cómo era posible combinar los beneficios de Mycobacterium evitando sus efectos secundarios? Una nueva investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona ha encontrado una solución: utilizar un microorganismo del mismo género y distinta especie, que presente la misma capacidad antitumoral. En efecto, Mycobacterium brumae podría servir como nueva bacteria contra el cáncer de vejiga, según los resultados presentados por el equipo de Esther Julián.
Actualmente, el microorganismo empleado se administra de forma directa en la vejiga del paciente, mediante la introducción de un catéter. Aunque los resultados presentados por el grupo de Julián no son definitivos, sus conclusiones parecen cuanto menos esperanzadoras.
Los estudios realizados en ratones han mostrado la eficacia de esta bacteria en el tratamiento del cáncer de vejiga. Los investigadores han apuntado incluso que el índice se supervivencia podría ser mayor, a tenor de los análisis preclínicos. Sin embargo, este trabajo deberá evaluarse ahora en otros modelos animales y en los seres humanos, para comprobar si esta nueva bacteria sirve contra el cáncer de vejiga, sin presentar los problemas anteriores que se veían con el bacilo de Calmette-Guérin.