Los criptogatos son la última sensación relacionada con Blockchain y Ethereum.
Que los gatos obsesionan al mundo de Internet, que ya es el mundo real, es una verdad como la vida misma. Sin embargo, hasta ahora no nos importaban tanto como para pagar cantidades como 120.000 euros por tener un modelo único. Tampoco hablábamos de criptogatos, criptomonedas o blockchain, que son mundos donde mucha gente está actuando con cabeza, pero mucha otra está siendo víctima de una fiebre que acaba de comenzar.
La clave de estos criptogatos es que son únicos, como las monedas BitCoin, Litecoin o Ethereumm en el que los gatos están basados. ¿Cómo se logra esta exclusividad? Gracias a una combinación de 256 bits que se produce aleatoriamente. Además, hay un punto que hace esto algo mucho más que anecdótico para los amantes de los animales, y es que se pueden combinar para que nazcan «crías» que también permanecen en los «wallets» o monederos, con lo que se puede obtener un retorno de la inversión inicial más allá de una posible reventa. Al final, no son más que tamagotchis del siglo XXI.
Por mucho atractivo que tengo para el usuario medio, esta implementación de las criptomonedas no deja de ser una manera de hacer la tecnología entendible para todos, pero en ningún caso se plantea como solución extensible a todo el mercado, algo que sí aspiran a lograr las criptomonedas anteriormente mencionadas.
Aquellos usuarios que sí deseen adquirirlos en una modalidad económica pueden invertir 0,03 ETH, y obtener un criptogato de «entrada». La compra de estos está siendo tan intensa que la red se está saturando, lo que hace que estén aumentando las comisiones por cada transacción. Por otra parte, lo bueno es que incluso si este fenómeno se desinfla, está sustentado con el valor de Ethereum, que de momento se está mostrando bastante sólido.
La implementación actual del Blockchain ya está ofreciendo outputs como estos criptogatos. Es cuestión de tiempo que lo poble todo, como ocurre en campos como la inteligencia artificial.
