El Mobile World Congress más olvidable sorprende de la forma más inesperada

Nokia se ha llevado todos los focos del Mobile World Congress con el Nokia 3310, lo cual es sorprendente si no fuera por el hecho de que la industria lleva años en una madurez que ya no sorprende.

Otro año más en Barcelona que deja sensaciones poco positivas. No es la excepción, sino la norma de los últimos años. Pero los últimos años, 2015 y 2016, teníamos a Samsung presentado dos terminales magníficos como el Samsung Galaxy S6 y el Galaxy S7. El Mobile World Congress 2017 ha tenido un sorprendente protagonista que lo explica todo como ha sido el «Nokia 3310«. Del aburrimiento que produce la madurez de la industria, la nueva Nokia ha sacado rédito a través de una nostalgia barata.

En smartphones ha habido grandes propuestas como la del LG G6, que continúa la línea iniciada por la compañía con el LG G2 y que también plasmó recientemente Xiaomi en el Mi Mix. Tal y como dijimos esperar en los smartphones de 2017, el adiós a los marcos ha marcado esta edición del Mobile World Congress y lo seguirá haciendo con todo el año, pues el 29 de marzo toca Samsung Galaxy S8.

Otra tendencia sigue siendo la doble cámara con la que LG repite para ofrecer fotos normales y con gran angular. Huawei, que ha traído sus Huawei P10, también las presenta, pero para conseguir mayor profundidad de campo y una calidad excepcional en fotografía monocromo. La doble cámara ha llegado a modelos de gama media y baja, pero su aportación resulta irrelevante.

Aunque sean terminales gocen de gran salud, Huawei ha resultado algo decepcionante, no da un salto en todos los aspectos, sino sólo en algunos, descuidando otros como la localización del lector de huellas, el diseño o la interfaz. La relevancia de Sony en este evento, puesta siempre en duda, ha radicado no en un móvil concreto, sino en lo que permite la cámara de uno de ellos, el Sony XZ Premium. Vídeo, aunque por muy cortos plazos de tiempo, a 960 fotogramas por segundo. Récord en la industria móvil, aunque dentro de muy poco lo veremos en otros terminales, pues Sony venderá sensores capaces de ello a terceras partes.

En la gama media las propuestas que más han gustado han sido las de los Moto G5 de Lenovo, que han recuperado algo de relevancia gracias a ser menos rácanos en especificaciones y a bajar los precios. En esa gama es donde Nokia también ha sido relevante con los Nokia 3, 5 y 6, aunque realmente no aportan nada nuevo (precios bajos y Android puro) salvo el regreso de la marca finlandesa.

Fuera de los smartphones, el 5G ha sido el absoluto dominador de la feria. Se ha visto muchos wearable y realidad virtual, pero también poco avance e interés respecto 2013 y 2014, años en los que ambas tendencias comenzaron a imperar de cara a ser lo próximo después del móvil. El 5G es un futuro cada vez más cercano, sobre el que las dudas que pesan ya no son técnicas, aunque aún no se haya finalizado la especificación, sino del tiempo que tardará el mercado en necesitar mejores redes porque aún no haya llegado el coche autónomo o no se haya producido la explosión del Internet de las Cosas. Realidades como conducir un coche a distancia nos hacen soñar.

En la amalgama que siempre son los asistentes personales, ha destacado la noticia de la expansión de Google Assistant, que sale del Google Pixel y llegará a más smartphones. Alexa, de Amazon, no ha destacado tanto como en el CES de Las Vegas, pero hemos podido probarlo en algún smartphone y funciona muy bien. Eso sí, hay que decir que su correcto funcionamiento es mucho más conveniente en altavoces de escucha activa, pues en el móvil se agradecería un aporte gráfico que no se produce al funcionar sólo por voz.

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