La impresión 3D llega a la cocina para asentar los cimientos de la tecnología, la tecnología, el arte y el diseño.
El 2015 se presume que será un año crucial en el desarrollo de las nuevas tecnologías y de las tendencias que están acaparando la atención del mundo TIC. Así, de entre todos los fenómenos que las compañías especializadas del sector están desarrollando, hay uno en concreto que destaca por su carácter absolutamente disruptivo: la impresión 3D. Así, este tipo de impresión, capaz de generar objetos sólidos tridimensionales a partir de la adición de material, se estima que será uno de los campos más rompedores del ámbito tecnológico.
Esta tendencia, debido principalmente al increíble potencial que tiene por delante, se está asentando en varios terrenos, algunos de ellos muy sorprendentes como, por ejemplo, la hostelería y la alimentación. Los expertos creen que la impresión tridimensional revolucionará por completo el mundo de la cocina y todos los campos ligados al mismo.
En este sentido, con la impresión 3D se puede cocinar en apenas minutos ahorrando a los usuarios varias horas que antes se dedicaban para elaborar los platos y limpiar la cocina. No cabe duda de que es una tendencia que va a modificar todo el ámbito doméstico.
Aparte del sector del hogar, la impresión tridimensional podría alterar positivamente todo una rama alimenticia, como es el sector de la nutrición. Por ejemplo, mantener un régimen adecuado (ya fuera por salud o imagen) puede convertirse gracias a este tipo de impresión en una pesadilla del pasado, dado que mediante este fenómeno uno puede programar su comida y “cocinar” un plato con las calorías perfectamente milimetradas.
Otra de las grandes aplicaciones que tendría la utilización de la impresión 3D en el ámbito alimenticio vendría de la mano de la NASA. Esta organización destinó a “Systems and Materials Research Corporation”, una empresa estadounidense que se dio a conocer por imprimir una pizza, nada menos que 150.000 dólares para personalizar su impresora y elaborar platos sanos y nutritivos que pudiesen ingerir los astronautas en sus misiones espaciales.
La aplicación de la nueva impresión en el ámbito espacial sería un hito increíble que permitiría a la NASA aumentar en número y tiempo sus misiones galácticas y explorar lugares y entornos que por las dificultades a la hora de garantizar el bienestar de los astronautas (entre ellos la alimentación) no se pueden llevar a cabo en la actualidad. Prueba de ello es la conquista de Marte. Con una impresión 3D desarrollada, en lugar de alimentos, se podría enviar al espacio material en polvo que pueda ser almacenado ahí durante más de tres décadas para poder imprimirla in situ y así eliminar alguna de los obstáculos logísticos de la llegada del hombre al ‘Planeta Rojo’.
Por su parte, otra de las grandes instituciones en el ámbito tecnológico, el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), no ha perdido la oportunidad de dar su propia receta para la impresión 3D. Así, la fórmula se basa en unos contenedores especiales que reciben los ingredientes base inyectados por unas jeringas y, de este modo, se construyen los platos capa a capa empleando ChefCad, un software de diseño asistido. Es cierto, que las materias primas quedan limitadas a aquel material que tenga cabida en una jeringuilla, pero los expertos están desarrollando un una amplia gama de ingredientes líquidos para que la cocina no se quede escueta.
Impresión 3D en España
Con todos estos detalles sobre la mesa queda claro que la impresión 3D va a suponer un golpe sobre la mesa en el ámbito culinario, pero… ¿cómo se está desarrollando este tipo de impresión en las cocinas españolas?
En la actualidad, la empresa más representativa de nuestra compañía en la impresión de alimentos es, sin duda alguna, Natural Machines. Esta empresa, a través de su creación estrella, Foodini, es el paradigma del triunfo y consolidación de la impresión tridimensional en el ámbito de la comida. Especializados en pasta y masas, esta empresa combina “tecnología, comida, arte y diseño” para la consecución de sus productos alimenticios a partir de ingredientes no sólidos ni líquidos.
Foodini es sólo el inicio de una completa gama de impresoras españolas que se irán desarrollando en nuestro país en los próximos años y que cambiarán por completo el ámbito de la cocina hasta ahora conocido. Así, equipos como la española Foodini están constituyendo las bases sobre las que se levantarán los cimientos de la impresión 3D, un fenómeno que se está extendiendo a otros sectores como el sanitario, tecnológico o mobiliario entre muchísimos otros.
Imágenes vía | Pixabay (wsyperek)
