Investigadores de Intel lograron mejorar la voz de Stephen Hawking mediante un ingenioso sistema, sustituyendo al anterior, que se había quedado anticuado.
El científico británico Stephen Hawking perdió la voz en 1985 y un año después ya empezó a usar sistemas que le permitían comunicarse con otras personas. Al principio eran rudimentarios, se trataba de deletrear las palabras, con lo que tardaba mucho tiempo en expresarse. Después se logró acoplar a su silla de ruedas un sintetizador de voz que permitía seleccionar palabras para formar frases. Pero Hawking ha ido perdiendo sus capacidades físicas a lo largo del tiempo y recientemente ha recibido un nuevo sistema para dotarlo de voz.
Al teórico físico y divulgador científico británico se le diagnosticó una enfermedad cercana a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que provoca la disminución de las motoneuronas, dando lugar a una parálisis muscular progresiva. Nacido en 1942, cuando Hawking empezó a experimentar los primeros síntomas de la enfermedad degenerativa acababa de cumplir 20 años.
La pérdida de voz, sin embargo, tiene su raíz en otro acontecimiento de su vida. Cuando en 1985 viajaba al CERN una neumonía lo dejó postrado en el hospital. Su estado alcanzó tal gravedad que los médicos preguntaron a su esposa de aquel momento, Jane Hawking, si consentía en que lo desconectaran de las máquinas que lo mantenían vivo. Ella se negó en redondo y se trasladó al paciente al Hospital de Addenbrooke, en Cambridge.
Allí los médicos le practicaron una traqueotomía que conllevó la pérdida de la voz por parte de Hawking. Pronto se dotó al científico de un sistema consistente en un ecualizador que funcionaba sobre un Apple II conectado a un sintetizador de voz. El científico podía decir 15 palabras por minuto de esta forma.
La relación con Intel empieza en 1997, cuando Hawking se encuentra con Gordon Moore, cofundador de la compañía (y autor de la ley que lleva su nombre), que se fijó en que el procesador de su sistema de voz era AMD. El directivo le propuso cambiar el ordenador y mejorar el sistema con la tecnología de Intel. A partir de ahí, la marca abandera el medio de comunicación del científico británico.
Sin embargo, recientemente Hawking había perdido capacidad muscular y cada vez hablaba más lentamente. Utilizaba un movimiento facial para comunicarse con la máquina y seleccionar letras, pero alrededor de 2011 tardaba varios minutos en escribir unas pocas palabras. Pidió ayuda a Intel y un equipo de investigadores empezó a trabajar en el tema.
Probaron con escaso éxito una interfaz cerebral, también el eye tracking, pero debido a su enfermedad los párpados de Hawking se caen y la precisión no era buena. El perfeccionismo del científico hacía aún más complicada la tarea, pues su deseo es expresarse de la forma en que realmente quiere, no dar una idea aproximada de lo que quiere decir.
Para acelerar la comunicación de Hawking a los investigadores de Intel se les ocurrió introducir el texto predictivo. Introdujeron un nuevo software que propondría la palabra más adecuada cuando el científico pusiera la primera letra. Sin embargo, la adaptación al nuevo sistema no fue buena y a finales de 2012 los científicos de Intel grabaron cómo Hawking interactuaba con su ordenador, con el fin de observar cómo tecleaba, cómo usaba el ratón o navegaba. Lo vieron en diferentes estados, cuando estaba fresco y cuando se encontraba más cansado.
A partir de este estudio, los investigadores de Intel empezaron a colaborar con la startup londinense SwiftKey, que permite seleccionar una palabra después de teclear una letra de forma más automática. Las dos compañías han trabajado juntas para incorporar al sistema todos los documentos firmados por Hawking. La nueva voz de Stephen Hawking (la versión de la interfaz se llama ACAT) puede predecir cuál será la siguiente palabra sin necesidad de teclear un solo carácter e incluye menús contextuales, así como atajos para hablar, buscar o mandar emails.
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