Internet está cambiando la forma de seguir nuestras enfermedades

La red ha revolucionado cada aspecto de nuestra vida diaria, ¿pero dónde llega su influencia en el ámbito de la medicina? ¿Existe desinformación en Internet? ¿Podremos usar Twitter para prevenir y detectar antes enfermedades?

Internet lo ha cambiado todo. También nuestra forma de cuidar nuestro estado de salud y de mantener una óptima calidad de vida. En la mayoría de ocasiones la red de redes está teniendo un impacto más que positivo en nuestro día a día: cada vez son más los profesionales médicos que se apuntan a comunidades donde especializarse o compartir sus conocimientos.

La investigación en salud también está siendo influenciada, sin lugar a dudas, por la existencia de Internet. Cada día aumenta el número de artículos que se publican en la red, en muchos casos en revistas de tipo open-access. Además la aparición del correo electrónico mejora la fluidez de las comunicaciones, y en España existen ya iniciativas para informatizar de manera global la historia clínica de los pacientes.

Además, la aparición de redes sociales nos hace estar permanentemente actualizados acerca de las últimas epidemias, lo que supone una fuente de información para pacientes y profesionales sanitarios. Sin embargo, no debemos olvidar que resulta de vital importancia contrastar los datos que obtengamos en Internet. En una charla a la que asistimos hace unas semanas de Cedric Notredame, un famoso investigador, nos contaba precisamente que en el futuro habría posibilidades de convertirnos en enfermos psicosomáticos. Debemos evitarlo a toda costa.

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Internet: ¿más información o el peligro de la toxicidad?

Imaginemos que estamos en la consulta del médico, y nos habla de un posible síndrome. ¿Qué hacemos? Muchos, probablemente, buscaremos en Google la información sobre el diagnóstico: síntomas, tratamientos o incluso posibles historias de pacientes.

Es posible que entremos en páginas como Medline Plus, conocida como la enciclopedia médica, promovida por la Biblioteca Nacional de Medicina y los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos y, como podemos imaginar, una fuente fiable. Pero habrá otros sitios web donde quizás, más que información, encontremos desinformación. Es importante que no pensemos en Internet como un sustituto de nuestro profesional médico, que siempre podrá solucionar mejor nuestras dudas.

En cualquier caso, la red es una fuente de información indudable. Por ello desde el ámbito médico se debería dar la vuelta al asunto, es decir, utilizar Internet como una potente herramienta educativa y formativa hacia los pacientes. Eso es lo que demostraron en un estudio, en el que gracias a una plataforma online, se consiguió que más del 60% de los usuarios aprendieran algo nuevo sobre medicina preventiva.

Otra investigación realizada en la revista Journal of Clinical Neuroscience afirmaba que los materiales sobre salud que se podían encontrar en Internet presentaban demasiado nivel, en otras palabras, no estaban redactados para un público no especializado. Como conclusión de ambos trabajos podríamos confirmar que, por ahora, estamos desaprovechando el poder de la red. 

Redes sociales: ¿una herramienta adecuada para seguir las enfermedades?

Un artículo publicado en el New England Journal of Medicine hablaba de la nueva epidemiología digital como la novedosa e innovadora rama de la medicina que empleará el mundo 2.0 para mejorar el diagnóstico o detección precoz de enfermedades. Ponían como ejemplo dos casos muy recientes: la aparición del último brote de gripe aviar, que pudo ser detectada por primera vez gracias a Internet.

Aunque esta relación entre redes sociales y epidemias no ha sido muy comentada, lo cierto es que un profesional de un hospital en China subió una imagen a Sina Weibo, la popular red de este país (similar a Twitter). Aunque la fotografía fue eliminada por el propio usuario, los autores del artículo piensan que, dadas las estadísticas y la fecha de publicación, este hecho provocó que el gobierno chino acelerara a la hora de tomar medidas de prevención y tratamiento médico.

Otro ejemplo que proponen es el del seguimiento del caso SARS (referente al síndrome respiratorio agudo severo), que según los investigadores fue mejor difundido a través de la red. Todos los avisos que se dieron desde las administraciones públicas llegaron mejor a la sociedad de esta forma, mediante el uso de la red.

El último trabajo de investigación que valoraremos hoy, relativo a la influencia de redes sociales en el seguimiento de enfermedades. El artículo, publicado en el British Medical Journal habla sobre la importancia de usar este tipo de medios para detectar problemas sanitarios a tiempo, lo que puede mejorar (y mucho) la preparación de una respuesta por parte de las autoridades.

H1N1_in_Japan

De hecho, la epidemia por gripe A ocurrida entre 2009 y 2010, y provocada por el influenzavirus subtipo H1N1, podría haber sido identificada una semana antes, de haber utilizado Twitter para ‘rastrearla’. El análisis que llevaron a cabo desde el equipo de Patty Kostkova de la City University en Londres, mostraron resultados similares a los del proyecto Flusurvey. En este, se habían recogido datos de ciudadanos británicos a través de la red, y esa información, analizada de manera global, podría haber servido para detectar y actuar en política sanitaria mucho antes.

Como explicaba Ken Eames, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, «el tiempo es crítico, ya que conseguir tener una o dos semanas más de margen, puede acelerar la respuesta de las administraciones». Obviamente, ni Facebook, ni Twitter ni otras redes sociales parecidas podrán reemplazar nunca la labor de las agencias de salud pública, pero, sin duda, pueden servir como herramientas complementarias de su trabajo.

Así lo confirma en ese trabajo Taha Kass-Hout, Chief Health Informatics Officer de la FDA, quien estima que desde la medicina preventiva «se ha de prestar mucha más atención a lo que ocurre en las redes sociales». Gracias al trabajo que realicemos en estos medios y en nuevas plataformas web, podremos mejorar aspectos relacionados con la educación y formación de los pacientes, pero también el diagnóstico y prevención de muchas enfermedades.

Imágenes | Flickr, Flickr 2Wikipedia

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