Luces y sombras de los nuevos portátiles de Apple

Los nuevos MacBook Pro de Apple están en el punto de mira. Limitación térmica, rendimiento... No te pierdas este análisis.

Recientemente contamos cómo Apple renovaba su línea de portátiles. Aunque no fue una actualización de toda la familia, pues faltaban el MacBook de entrada y el MacBook Pro de 13 pulgadas sin Touch Bar, lo importante es que sí que estaban presentes los dos modelos más demandados por profesionales, los equipos de 13 y 15 pulgadas con la polémica Touch Bar. Aunque seguían presentando debilidades, también venían con alguna fortaleza que les situaba por encima del resto, como, por ejemplo, contar con i9 en el modelo alto con los mejores SSD del mercado.

Sin embargo, ese i9 es el primer quebradero de cabeza para Apple, pues cuando se le demanda al máximo en CPU, se calienta tanto que rápidamente baja su frecuencia de reloj. Es un fenómeno algo común en ordenadores y más en portátiles, conocido como thermal throttling o limitación térmica, pero no suele llegar al nivel de Apple. Un famoso youtuber ha demostrado que bajo un mismo test renderizando vídeo, el nuevo MacBook Pro de 2018 con procesador i9 es más lento que el MacBook Pro de 2017 con un i7, cuyo rendimiento debería ser muy inferior.

Todo se debe, como decimos, a esa limitación térmica, que no sólo hace que el MacBook Pro no alcance sus frecuencias turbo, sino que baja de las frecuencias base. Para este youtuber, la forma de comprobar que esto es así ha sido introducir el equipo en un congelador, que mantiene muy baja la emisión de calor y le permite alcanzar su máxima potencia. De esta forma, el equipo termina la tarea en doce minutos menos.

El fenómeno es común entre los nuevos chips i9 de Intel, que podrían ser los principales responsables. Se puede comprobar en muchos equipos gaming que están llegando con ellos, con la diferencia de que la capacidad de disipación es mayor, porque hablamos de equipos de más tamaño y con ventiladores más potentes. Para Apple, el problema no es tanto que eso ocurra sino lanzar un equipo así. Quienes no necesiten la potencia no pagarán los 400 euros extra que supone pasar del i7 al i9, y quienes sí la necesiten, nunca podrán disfrutar de ella al máximo rendimiento.

Se trata, por tanto, de un paso cuestionable de Apple con los MacBook Pro. Si parecía que por fin había guiños al sector profesional, esto puede echarlo casi todo por tierra, teniendo en cuenta que el mundo del vídeo es uno de a los que más se han enfocado siempre desde Cupertino, con un software tan reconocido y usado como Final Cut Pro.

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