MOOCs, la democratización de la cultura

Estudiar desde cualquier lugar, interactuar con cientos de compañeros a través del ordenador, compartir materiales educativos o acceder a documentación abierta generada por diferentes universidades de prestigio sin pisar un aula. Este es el modelo educativo que están promoviendo diversas instituciones universitarias pioneras en nuevos modelos de educación superior. Podríamos pensar que todas estas premisas forman la base del hasta ahora conocido e-Learning.

Sin embargo, para que la enseñanza a distancia pueda ser considerada MOOC (Massive Online Open Courses) o Cursos Abiertos Online Masivos, debe cumplir ciertos requisitos: el primero de ellos consiste en contar con una estructura orientada al aprendizaje, lo que conllevará una serie de pruebas o de evaluaciones para acreditar el conocimiento adquirido. Además, el número de alumnos ha de ser, en principio, ilimitado y los materiales educativos han de ser gratuitos.

Los MOOCs son un ejemplo de formación a distancia planificados para alcanzar un elevado volumen de usuarios. Podríamos definirlos por tanto como cursos autogestionados por plataformas informáticas. Hablamos de cursos que cuentan con más de 100.000 alumnos y cuya temporización gira en torno a las necesidades personales de cada uno. Además los MOOCs fomentan el aprendizaje colaborativo, ya que es la propia comunidad la que gira alrededor del curso, y es la encargada de dotar de contenido de calidad este ecosistema de aprendizaje abierto, mediante sus aportaciones y comentarios.

Si a todo esto le añadimos los diferentes sistemas de reputación digital basados en la actividad social de los alumnos, por sus aportaciones a la comunidad del curso, y lo mezclamos con un sistemra de reconocimiento basado en  la gamificación o teoría del juego, por la actividad de sus participantes mediante la obtención de karma y badges o medallas asociadas a logros y competencias adquiridas, estamos hablando de un modelo de aprendizaje social y colaborativo que fomenta el  sentir aspiracional y la reputación digital de todos los que estamos inmersos en esta ola.

Para el mundo, desde el mundo

Al introducir la palabra MOOC en un buscador, lo primero que nos sorprenderá es el alto número de resultados asociados que aparecen: ni más ni menos que 3.950.000, y es que nos encontramos ante una de las palabras más comentadas en Internet. Tanto es así que grandes publicaciones como NYT, Forbes, Wired, se han hecho eco de este fenómeno que podríamos llamar de masas, pero… ¿sabemos de dónde surgen los MOOCs?

Los expertos coinciden en que las primeras iniciativas MOOC se basan en varios principios pedagógicos del Conectivismo. Dicha teoría sostiene que “el conocimiento personal se hace de una red, que alimenta de información a organizaciones e instituciones, que a su vez retroalimentan información en la misma red, que finalmente termina proveyendo nuevo aprendizaje al individuo”.

Partiendo de dicha teoría podríamos considerar a David Wiley, profesor de psicología de la Universidad Brigham Young, como el autor del primer MOOC conceptual, o proto-MOOC, impulsado en la Utah State University en agosto de 2007. Wiley propuso llevar a la práctica en la Universidad de Utah en verano de 2007 el término que él mismo había acuñado en 1998: la educación abierta, un concepto que describe cualquier contenido (artículos, dibujos, audios, videos, etc.) publicado bajo una licencia no restrictiva y bajo un formato que permita explícitamente su copia, distribución y modificación. Su iniciativa gozó de  cierta continuidad en numerosos proyectos impulsados en diferentes centros universitarios dentro y fuera de los Estados Unidos.

Moocs 620

Pero no sería hasta el otoño de 2011, cuando encontraríamos el siguiente hito en esta tendencia. En esa fecha más de 160.000 personas se matricularon en un curso de inteligencia artificial ofrecido por Sebastian Thrun y  Peter Norvig, en la Universidad de Stanford, a través de la start-up Know Labs (actualmente Udacity). Dado el éxito y el elevado número de matriculados de este curso, Daphe Koller y Andrew Ng decidieron impulsar Coursera, que gracias a una tecnología desarrollada en Stanford, se ha ido convirtiendo en una plataforma apoyada por numerosas universidades de prestigio (Yale, Princeton, Michigan, Penn, etc).

En la costa Este por su parte, el MIT lanzó MITx, en un esfuerzo para desarrollar a plataforma abierta y gratuita para la educación online. Harvard se unió al poco tiempo a esta iniciativa, renombrada como edX, proyecto al que recientemente se ha unido la Universidad de Berkeley. A estos pioneros les siguieron las iniciativas puestas en marcha por Udemy, Khan Academy o la P2PU.

Y si bien en el mundo anglosajón proliferan iniciativas de este tipo que pregonizan la formación sin barreras, no podemos olvidar el esfuerzo realizado desde el mundo hispano para subirse a este nuevo paradigma educativo. Cabe destacar el impulso pionero de RedUNX, la primera iniciativa iberoamericana de emprendimiento digital, que puesta en marcha por Telefónica Learning Services (TLS), cuenta con una gran oferta formativa donde podemos aprender a programar apps para móviles con el popular software App Inventor.

Esta formación tecnológica se complementa con la enseñanza de técnicas de emprendimiento para que los alumnos, al final del curso, puedan comercializar sus desarrollos. Por otra parte, Miríada X, proyecto de TLS y Universia, ofrece a los usuarios formación gratuita a través de 58 MOOCs pertenecientes a 18 universidades iberoamericanas y a los equipos docentes de las 1.232 universidades iberoamericanas socias de la red Universia, una plataforma para publicar e impartir conocimiento.

Y si tras leer todo esto  te han entrado ganas de explorar el universo MOOC quizás también te interese saber que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Telefónica Learning Services y Universia concederán el I Premio al mejor Curso Online Masivo en Abierto (MOOC) publicado en Miríada X. El primer premio dotado con 10.000 euros será repartido entre el docente o equipo docente y la universidad (6.000 y 4.000 euros respectivamente); y el accésit, por un valor de 4.000 euros, será también repartido entre el docente o equipo docente (3.000 €) y la universidad (1.000 €).

Imágenes: MrStein, rhomemusic via Compfight cc

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