Aprovechando el pico de máxima actividad solar que tiene lugar este año, se quiere que el ISEE-3 retome una órbita geoestacionaria alrededor de la Tierra y así estudiar la magnetoesfera. Este satélite artificial estuvo en órbita de 1978 a 1997
Cuando en mayo de 1997 se dio por concluida la misión ICE de la NASA, nadie sospechaba que más de 15 años después un grupo de voluntarios pondría todos sus esfuerzos en recuperar la comunicación del satélite artificial ISEE-3 para retomar su misión original.
El equipo de voluntarios cree que la nave aún dispone de combustible para que sus propulsores la conduzcan hasta el punto de Lagrange L1. Para lograr esto, el primer objetivo es empezar a comunicarse con el satélite, algo que no resultará fácil. La razón es que la NASA, en el años 1999, actualizando su sistema de comunicaciones, desinstaló del Deep Space Network el sistema de transmisión de señales necesario para comunicarse con la ISEE-3, con lo que desapareció la única alternativa para transmitir órdenes al satélite.
Últimos contactos
En 1999 se realizó un breve contacto para verificar si existía señal en la nave. Ya en 2008 la NASA descubrió que en ese breve contacto no se había desconectado correctamente el sistema de comunicaciones. Además, un examen del estatus de sus instrumentos permitió conocer que 12 de los 13 que llevaba a bordo seguían en funcionamiento, así como que disponía todavía de suficiente gas propulsor. Se concluyó entonces que cuando la ISEE-3 se acercara suficientemente a la Tierra en el año 2014, se podría reactivar el contacto para darle nuevos usos.
Gracias a esta información, hubo un primer intento para reconducirlo cerca de varios cometas, al igual que ya se había hecho con el cometa Halley, para los años 2017 y 2018. Sin embargo, este proyecto no fue a más y ha sido este mismo año 2014 cuando la opción de reactivarlo para estudiar el escudo protector magnético de la Tierra ha tomado forma.
El plan de acción
Utilizando como base el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico, el grupo de voluntarios encabezados por Wingo y Keith Cowing, antiguos empleados de la NASA, van a instalar un nuevo software con el que esperan comunicarse y que hará las veces del hardware utilizado en su día por la NASA.
Para poner en marcha todo el operativo y comprar el software, los promotores decidieron poner el 14 de abril el proyecto en la plataforma de crowdfunding Rockethub para reunir la inversión necesaria. “Montar todo el equipo hace 10 años hubiera sido imposible”, explica Wingo. Sin embargo gracias a la tecnología de sistemas embebidos el equipo puede construir los componentes de la radio en software.
La noticia saltó el 14 de mayo, cuando se hizo público que se ha conseguido recaudar el dinero suficiente (125.000 dólares) gracias a una campaña de crowdfunding para la compra del software. En sólo un mes, inversores anónimos de todo el mundo han apoyado este proyecto científico. En la página web de Rockethub los responsables del proyecto mantienen a los interesados al día de las novedades, como la firma de un acuerdo de no reembolso con la NASA que cede el uso del satélite al grupo de promotores que ha iniciado el proyecto. Esta es la primera vez que la NASA firma un acuerdo de este tipo para naves que ya no usa y no planea usar en el futuro.
Imagen Planetary