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Smartphones y drones revolucionarán el sistema de salud

La salud personal es uno de los sectores que más está aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías. Los smartphones permiten un canal de comunicación instantáneo con profesionales o centros médicos. Pero también hacen mucho más. Se pueden medir los biorritmos mediante aplicaciones, controlar los niveles de algunas sustancias básicas en el cuerpo e incluso facilitar análisis de sangre. Éstos y otros beneficios se podrían integrar de forma más global dentro del sistema sanitario, así como el uso de drones para llevar medicamentos a zonas aisladas.

Los smartphones ya cuentan con aplicaciones capaces de monitorizar algunos niveles de salud con ayuda de complementos. La conexión a Internet es un elemento clave dentro de su funcionamiento, ya que a través de ella envían datos a un centro que los distribuye entre los profesionales capaces de interpretarlos. De esta forma es posible monitorizar el rumbo de una enfermedad y actuar con anticipación cuando corresponda.

Los desarrolladores de aplicaciones, detrás de las cuales se encuentran empresas especializadas medicina, cada vez tienen más en cuenta el paciente al que se dirigen. Esto mejora la labor de los smartphones como herramientas de salud complementarias. Sin embargo, es un área muy nueva y todavía existen vacíos en lo que respecta a la regulación de estos programas, así como a su integración con el sistema sanitario.

De la tecnología personal a la integración en el sistema de salud

Aunque queda camino por recorrer, algunas aplicaciones actuales son bastante útiles para la salud personal de los usuarios/pacientes. Si se trasladaran estas facilidades tecnológicas a los sistemas de salud nacionales se obtendrían múltiples beneficios, todo ello a costa de una inversión generalizada, eso sí.

Toda esta tecnología de uso personal, útil para monitorizar la enfermedad de pacientes crónicos, podría evitar complicaciones o corregirlas a tiempo. Se ahorrarían visitas al médico y, cuando se produjeran, el especialista podría tener una serie de información actualizada sobre la salud de su paciente con sólo consultar su perfil en la base de datos.

La cantidad de datos que los smartphones podrían aportar a un sistema central que lo recogiera todo es sorprendente. Existen sensores para realizar análisis de sangre que se conectan a un terminal inteligente para enviar los resultados. De la misma forma es posible obtener y mandar información sobre el estado de la circulación, con el fin de prevenir infartos.

El papel de los drones

¿Qué tienen que ver en todo esto los drones? A primera vista no ofrece mucha confianza que un aparato diseñado para su uso militar –y aún muy ligado a este ámbito– se encargue de mejorar el sistema de salud. Sin embargo, estos aparatos voladores tienen cualidades inestimables para hacer de mensajeros o transportistas entre zonas aisladas y centros médicos.

Investigadores de la Lund University, de Suecia, están desarrollando la tecnología necesaria para poner en funcionamiento un proyecto que podría revolucionar la sanidad en Malawi. El programa se ha bautizado como ‘Life Support’, se centrará en el norte del país y en él colaboran científicos de varios países. Está basado en el uso combinado de smartphones y drones.

En Malawi, de cada 1.000 niños que nacen, 133 mueren antes de cumplir los cinco años. La mayoría son víctimas de enfermedades que tienen tratamiento y curación, como la malaria o la diarrea. Esto ocurre por la falta de recursos y por la tardanza en la atención. Con la ayuda de smartphones y de los correspondientes sensores se puede medir el ritmo del corazón, la temperatura y el estado de la respiración. Lo harían los propios habitantes de la población, con ayuda de un manual de instrucciones médicas.

Esta información se puede enviar a través de un smartphone a un sistema central para alertar a los especialistas en caso de que sea necesario. Por otro lado, los drones constituyen dispositivos relativamente asequibles con capacidad para acceder a poblaciones aisladas. Su misión pasará por recoger análisis de sangre y otras pruebas que requieran un examen de laboratorio. Aunque su papel más importante lo desarrollarán entregando medicamentos cuando sea necesario.

Al recoger información de las zonas, los drones también ayudarán a saber si se está extendiendo una epidemia y cómo lo está haciendo, geográficamente hablando. Los investigadores están pensando en utilizar placas solares ligeras para cargar los aparatos, así como los smartphones que lleven consigo.

Imagen:  IntelFreePress

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